A poco más de un mes de las nuevas elecciones generales, Cristina Fernández de Kirchner volvió al centro del ojo público y reforzó su campaña electoral presentando el sábado su nuevo libro, Sinceramente, en La Matanza, uno de los mayores bastiones kirchneristas en la provincia de Buenos Aire.
Luego de un tiempo desaparecida y de un viaje a Cuba –donde visitó a su hija Florencia, que recibe tratamiento clínico y psicológico en la isla– Fernández reapareció públicamente un día después de que un juez federal la enviara formalmente a un juicio como presunta líder de una asociación ilícita que durante su mandato (2007-2015) habría cobrado sobornos a empresarios a cambio de ser beneficiados con contratos de obra pública.
Fernández no abordó el tema durante la presentación de su nuevo libro, ante un público multitudinario en el conurbano bonarense, pero sí aprovechó la ocasión para hablar del préstamo del Fondo Monetario Internacional (FMI), la situación de pobreza y el histórico endeudamiento del país e hizo referencias al posible triunfo de la fórmula que encabeza junto a Alberto Fernández y que la lleva a ella como vicepresidenta.
“¿En serio creían que después de todo lo que hemos vivido todo se agotaba en que yo quería ser candidata a presidenta? Qué chiquita serías Cristina si hubieras querido nada más que eso”, dijo Fernández en referencia a sus aspiraciones y su voluntad política de buscar el bien del país sobre el personal y al hecho de que aparece como segunda figura en la fórmula presidencial que ella vaticinó como ganadora en octubre.
“Ya vienen de nuevo esos hospitales”, dijo Fernández en referencia a hospitales construidos en la Matanza durante su gobierno y que volverán a la región una vez ella sea elegida vicepresidenta, según insinuó en su discurso el sábado.
La fórmula de Alberto/Cristina Fernández se perfila como favorita en las elecciones de octubre, tras que se impusieran en las elecciones primarias del 11 de agosto por una diferencia de 15 puntos sobre el actual presidente, el conservador Mauricio Macri, que busca la reelección. Las encuestas auguran que la fórmula Fernández-Fernández ampliará esa ventaja en la elección general.
Entre gritos de “ya se van, ya se van” (el gobierno de Mauricio Macri) y “vamos a volver, vamos a volver”, ante un público multitudinario y completamente entregado Fernández hizo un repaso a los fallos y críticas del actual gobierno de Mauricio Macri, así como el histórico endeudamiento que ha marcado la historia reciente de la economía argentina.
“Para mí el punto de inflexión de este gobierno fue el año pasado en 2018 cuando decide recurrir al fondo (FMI), porque además hay todo una historia ¿no? con esto de la Argentina y su endeudamiento”, señaló Fernández.
¿Cómo puede ser en 47 años (del 1957 a 2005) se acumularan casi10.000 millones de dólares de deuda “y en un año 57.000 millones de dólares? ¿y además, dónde están?”, afirmó la mandataria en relación a la deuda contraída por el gobierno de Macri con el organismo internacional. Hay que asegurar que esto no vuelva a pasar, “no puede ser posible que un país de las características de Argentina, octavo en superficie (en el mundo), con recursos naturales” para desarrollarnos nosotros y exportar, con una población educada, con alto nivel cultural estamos siempre como el cangrejo, volviendo hacia atrás, afirmó.
El próximo gobierno “tiene que hacer algo para ponerle un punto final al endeudamiento de la Argentina y que nuca más nos vuelvan a endeudar como se ha endeudado”, señaló.
“A mí personalmente el endeudamiento y el hambre me resultan algo intolerable e insoportable”, señaló la expresidenta que hizo referencia a la reciente declaración de emergencia alimentaria en el país hasta 2022 por ley ya que el encarecimiento de los alimentos afecta a directo a los sectores más vulnerables y se estima que para el fin de año el 35% de la población estará bajo la línea de pobreza.
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Cristina también hizo un repaso a la necesidad de abordar la historia de endeudamiento, pago de deuda, default, y endeudamiento del país que genera fuga de capitales de manera cíclica. “Esta discusión la Argentina la tiene que abordar” serenamente, señaló la mandataria, más allá del gobierno de turno.
“No era cierto que con tarifas altísimas iban a venir grandes inversiones”, señaló la expresidenta en relación a las promesas de campaña de su adversario Macri, vinculando a los continuos cortes de electricidad que según ella sufre cotidianamente el país. “Ellos que vinieron en nombre de las instituciones las avasallaron a todas, al poder Judicial, al Congreso que no funciona”, señaló.
Fernández eligió para su regreso el Salón de las Américas de la Universidad Nacional de La Matanza, un gran bastión electoral kirchnerista y el municipio más populoso de la provincia de Buenos Aires, con 1,7 millones de votos y dónde la fórmula Fernández-Fernández obtuvo el 62,64% de los votos frente al 19,4% del oficialismo.
Rodeada de algunas de sus apoyos políticos claves, como el ex ministro y candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires Alex Kicillof, la candidata a vicegobernadora e intendenta de La Matanza, Verónica Magario.
La expresidenta de 66 años y senadora también enfrenta cargos por lavado de dinero, administración fraudulenta y el supuesto encubrimiento de los responsables del ataque terrorista contra una mutual judía de Buenos Aires en 1994 en otras investigaciones judiciales.