El presidente Nayib Bukele recibió un pare de la Corte Suprema de El Salvador, donde el mandatario y el Congreso protagonizaron un enfrentamiento.
El domingo Bukele pidió a policías y a las fuerzas armadas que entraran al recinto legislativo para presionar a que se aprobara un préstamo para impulsar su estrategia de combate a las pandillas.
Pero la Sala de lo Constitucional de la Corte se pronunció al día siguiente ordenando a Bukele que se abstenga de hacer uso de la fuerza armada pasando por encima a la Constitución.
La misma instancia ordenó al ministro de la Defensa y al director de la Policía Nacional Civil que no ejerzan funciones y actividades distintas a las que constitucionalmente y legalmente están obligados.
Por otra parte exigió al Consejo de Ministros que dejara sin efectos la convocatoria a una sesión extraordinaria para aprobar el préstamo.
Bukele por su parte respondió a través de Twitter y, citando el documento de la Corte, escribió: “El sistema se auto protege. Y así es como las cosas siguieron igual…”.
La Asamblea Legislativa mediante los votos de 65 de los 84 diputados condenó el ingreso al recinto legislativo de personal militar que exhibía sus armas y pidió cese lo que dijo es una persecución contra los legisladores.
“Este fin de semana el país ha vivido un episodio bastante peligroso. Se estuvo al borde de un quebrantamiento del orden constitucional propiciado por el mismo presidente de la República”, dijo a The Associated Press Jeannette Aguilar, una investigadora universitaria especializada en temas de seguridad y violencia.
Por su parte, Amnistía Internacional expresó en un comunicado que “las múltiples denuncias de francotiradores apostados en las proximidades de la Asamblea Legislativa, la presencia militar innecesaria y las restricciones a la libertad de prensa podrían marcar el inicio de una ruta peligrosa para la institucionalidad y para los derechos humanos del país”.
“Es un polvorín en términos de fomentar un nivel de conflictividad que no se justifica a partir de la discusión de un préstamo; más bien esa fue la excusa para un forcejeo de poderes donde el presidente lideró este despliegue de abuso y fuerza”, agregó Aguilar.
Desde que inició su mandato en junio de 2019, Bukele se ha enorgullecido de su estrategia de combate a las pandillas, que según cifras oficiales ha logrado reducir la violencia valiéndose de un importante despliegue de militares y policías en diversas partes del país.
Bukele, un político y empresario conservador de 38 años que logró apelar a las masas por su acercamiento a la gente a través de las redes sociales, representaba para miles de votantes una esperanza de cambio porque no provenía de ninguno de los partidos que gobernaron durante las últimas tres décadas.
(AP/OnCuba)