El expresidente brasileño Jair Bolsonaro y algunos de sus aliados más cercanos se encuentran entre docenas de personas acusadas formalmente por la policía federal de formar parte de una conspiración dirigida a destruir el sistema democrático de Brasil a través de un golpe de Estado.
La policía federal confirmó hoy jueves que los investigadores habían concluido su larga investigación sobre lo que llamaron un intento coordinado de “desmantelar violentamente el Estado constitucional”.
En un comunicado, la policía dijo que el informe, enviado a la Corte Suprema, acusó formalmente a un total de 37 personas de delitos que incluyen la participación en un intento de golpe de Estado, la formación de una organización criminal y el intento de derribar una de las democracias más grandes del mundo.
Entre los acusados se encuentran Bolsonaro y algunos de los miembros más importantes de su administración, entre ellos el exjefe de espionaje de Bolsonaro, el congresista de extrema derecha Alexandre Ramagem; los exministros de Defensa, el general Walter Braga Netto y el general Paulo Sérgio Nogueira de Oliveira; el exministro de Justicia y Seguridad Pública, Anderson Torres; el exministro de Seguridad Institucional, general Augusto Heleno; el excomandante de la Marina, almirante Garnier Santos; el presidente del partido político de Bolsonaro, Valdemar Costa Neto; y Filipe Martins, uno de los principales asesores de política exterior de Bolsonaro.
También se menciona al nieto del general João Baptista Figueiredo, uno de los militares que gobernaron Brasil durante la dictadura 1964-85. La lista contiene un nombre no brasileño: el de Fernando Cerimedo, un gurú del marketing digital argentino que estuvo a cargo de las comunicaciones del presidente Javier Milei durante la campaña presidencial de 2023.
La esperada conclusión de la investigación policial se produce apenas días después de que agentes de la policía federal hicieran cinco arrestos como parte de una redada de presuntos miembros de un complot para asesinar a Luiz Inácio Lula da Silva y a su vicepresidente, Geraldo Alckmin, así como al juez de la Corte Suprema Alexandre de Moraes.
Poco antes de que la policía anunciara el final de su investigación, Lula expresó su gratitud por el fracaso del intento de envenenamiento. “Estoy vivo”, dijo durante un discurso.
El general Mario Fernandes, una de las cinco personas arrestadas por el supuesto plan de asesinato de la “Daga Verde y Amarilla”, también estaba entre las 37 personas nombradas por la policía federal el jueves. A igual que los demás, fue acusado formalmente de formar parte de un intento de golpe.