Giammattei gana en Guatemala y pocos celebran

Más del 50 por ciento de lo guatemaltecos aptos para votar se abstuvieron en estas elecciones en las que ganó un candidato de la derecha radical..

Alejandro Giammatei, candidato presidencial del partido Vamos, llega al Tribunal Supremo Electoral para entrevistas con la prensa después de que se anunciaran los primeros resultados en Ciudad de Guatemala el domingo 11 de agosto de 2019. (AP Foto/Oliver de Ros)

A sólo unas horas de que Guatemala eligiera a su futuro presidente, el ambiente parecía más de pesar y de preocupación que de algarabía.

Alejandro Giammattei –del partido Vamos– se impuso con el 57.95% de los votos sobre Sandra Torres –del partido Unidad Nacional de la Esperanza, y que obtuvo poco más de 42%– pero más de la mitad del padrón electoral se abstuvo de votar y tras el anuncio de los resultados no se impuso la fiesta en el país centroamericano aquejado por la pobreza, el desempleo, la desnutrición crónica en niños menores de cinco años y la migración.

Por la noche el secretario general de UNE, Óscar Argueta, aceptó el triunfo de Giammattei y lo felicitó pero Torres guardo distancia. Hoy ella agradeció en Twitter la confianza de la población. “Hoy es momento de la unidad, cuenten conmigo”, dijo.

Giammattei deberá asumir el cargo el 14 de enero de 2020 para gobernar por cuatro años. El médico de 63 años, que buscaba la presidencia por cuarta ocasión, pertenece a la derecha radical y rechaza tanto el aborto como el matrimonio homosexual.

Kesia Fonseca, ama de casa y pequeña empresaria, aseguró el lunes a la AP que su mayor temor es la restricción de derechos que puedan seguir tras la victoria de Giammattei por sus pensamientos e ideología. “Tengo miedo por el futuro de mis hijos, que se vuelva como Venezuela donde la gente sale huyendo del país”.

Para Leonel Hernández, miembro de la comunidad LGBTIQ, el temor por el respeto a sus derechos es más latente que nunca. “El futuro presidente ha tomado partido respecto a la visión de los grupos conservadores que mantienen un pensamiento cavernario”, dijo. “Considero que habrá restricción de muchos derechos por los que la comunidad LGBTIQ ha luchado, pero esa es la clave y por lo cual la lucha ha sobrevivido por casi 20 años. Nadie nos hará volver al clóset con pensamientos arcaicos”.

Christopher Alvarado, estudiante universitario, espera que Giammattei luche contra la corrupción. Si lo hace, asegura, “se solucionarán los problemas del país porque habrá dinero para inversión, salud, seguridad y educación. Espero que cumpla con su principal promesa de campaña y no sea un mentiroso como Jimmy Morales que prometió luchar contra la corrupción e hizo todo lo contrario”.

Para Rocío Rodríguez, ama de casa de 27 años, fue una sorpresa que Giammattei ganara las elecciones por la diferencia que Sandra Torres marcó en la primera vuelta, sin embargo, espera que haga un trabajo honesto y vele por los intereses del país. Rodríguez quiere que el nuevo presidente se centre en la generación de empleo.
Por otra parte, aunque la migración es un tema relevante para el país, Giammattei y Torres lo abordaron poco durante sus campañas y se centraron en otras ideas que en el momento generaban interés. Sobre el acuerdo de tercer país seguro firmado por el gobierno de Jimmy Morales con el de Donald Trump, Giammattei no especificó si lo implementará o no, pero sí ha dicho que Guatemala no cuenta con recursos para ponerlo en marcha.

El acuerdo establece la posibilidad de que el país centroamericano reciba a miles de migrantes que usan al país como ruta de paso para llegar a Estados Unidos, y que esperen aquí a que resuelvan sus solicitudes de asilo. El nuevo gobierno deberá decidir si lo implementa a la luz de las decisiones judiciales que cortes locales deben emitir sobre el tema.

Entre sus promesas, Giammattei también destacó el compromiso de una mano dura contra el crimen en un país con una tasa anual de 35 homicidios por cada 100 mil habitantes, pero pocos celebraron su victoria: obtuvo el voto de 1.9 millones de guatemaltecos aunque había ocho millones registrados (más de cuatro millones y medio se abstuvieron en las urnas). La victoria la obtuvo en el balotaje tras una primera ronda en junio pasado.

Para Michael E. Allison, profesor de la Universidad de Scranton en Pensilvania, el gobierno de Giammattei será muy parecido a la de su predecesor, Jimmy Morales.

“Durante sus veinte años de postulación a la presidencia, Giammattei ha estado rodeado de personas vinculadas a la corrupción y el crimen organizado. Al igual que Morales, Giammattei estará más interesado en proteger a sus amigos y aliados del enjuiciamiento penal que en fortalecer el estado de derecho”, dice el profesor.

Sobre migración, Allison dice que ni Morales ni Giammattei tienen la autoridad para celebrar el acuerdo sin la aprobación del Congreso. “Sin embargo, Giammattei parece estar alineado con aquellos que creen que las consecuencias de rechazar un acuerdo de tercer país seguro con los Estados Unidos serían peor que aceptarlo”.
Michael Shifter, presidente de Diálogo Interamericano con sede en Washington, coincide en que no habrá muchos cambios. “Lo más llamativo de la elección fue la falta de entusiasmo y baja participación”.

Shifter agregó que lamentablemente no hay señales que el nuevo gobierno tendrá un gran compromiso con la lucha contra la corrupción en Guatemala. “No apoyará continuar con la CICIG (la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala, de Naciones Unidas) que ha logrado avances importantes en esa lucha en los últimos años”. Sin embargo, dijo esperar que el nuevo gobierno pueda dar sorpresas y se comprometa con reformas serias en temas de importancia para la ciudadanía.

Aunado a esto, hay preocupación por los desafíos en las libertades civiles de los guatemaltecos.
El procurador de los Derechos Humanos, Jordán Rodas, dijo el domingo que espera que el nuevo gobierno respete los derechos de la población y que estaba dispuesto a entablar un dialogo en aras de la protección de esos derechos.

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