Una integración política y económica para afrontar la crisis que ha dejado la pandemia del coronavirus y la urgencia de la solidaridad regional fueron los ejes de la VI cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) que se celebró este sábado en Ciudad de México.
“Construir en el continente americano algo parecido a lo que fue la comunidad económica que dio origen a la actual unión europea”, propuso el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, en su discurso de bienvenida en el evento en que estuvieron presentes 17 presidentes o jefes de Estado —18 si se cuenta al mexicano— dos vicepresidentes, 12 cancilleres y otros funcionarios.
La reunión estuvo signada por la propuesta de crear un tratado económico regional continental que incluya a Estados Unidos y Canadá, las críticas y defensas a la Organización de Estados Americanos (OEA), así como críticas a los Gobiernos de Cuba, Nicaragua y Venezuela, y las réplicas de sus representantes.
El respaldo a la Celac, en contra del papel de la Organización de Estados Americanos (OEA), estuvo reflejado en la importancia de la presencia del presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, y de los mensajes por video de apoyo remitidos por el presidente de China, Xi Jinping, y del secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres.
Como clausura de la reunión, el canciller mexicano, Marcelo Ebrard, destacó que se han recaudado 15 millones de dólares para el fondo de desastres de la región y que se ha puesto en marcha la Agencia Espacial de Latinoamérica, además del compromiso regional para que los países no queden rezagados en el proceso de vacunación.
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Integración regional
López Obrador insistió en su propuesta de crear un organismo similar a la Unión Europea en Latinoamérica y el Caribe y que para ello deben llegarse a acuerdos en tres cuestiones básicas: la no intervención y la autodeterminación de los pueblos, la cooperación para el desarrollo y la ayuda mutua para combatir la desigualdad y la discriminación.
El mandatario mexicano hizo un llamado a la integración económica con Estados Unidos y Canadá, “en un marco de respeto a las soberanías”, así como a terminar con bloqueos económicos y malos tratos a otras naciones, postura apoyada por otros miembros del bloque.
Dijo que la Celac puede ser su principal instrumento para consolidar relaciones entre países, comprometiéndose a respetar las decisiones internas de cada uno. Por ello, propuso construir un acuerdo y firmar un tratado con Estados Unidos y Canadá, para fortalecer el mercado interno en el continente Americano.
Discrepancias sobre la OEA
Luis Arce, presidente de Bolivia, fue el primero en levantar la voz en contra de la OEA pues aseguró que este organismo “no sirve” y reclamó un organismo “que funcione con prácticas democráticas y que responda a la realidad respaldando la soberanía de los países y sin que haya interferencias”.
El mandatario boliviano instó a los miembros del bloque al fortalecer la Celac para enfrentar las deficiencias de la OEA.
En contraparte, Mario Abdo Benítez, presidente de Paraguay, defendió el papel de la OEA pues dijo que tanto ese organismo como la propia Celac “reflejan la integración de los países” y deben ser potenciadas para que la región sea fortalecida.
En ese mismo sentido, Luis Lacalle, presidente de Uruguay, destacó que la Celac no significa que esté “en desuso” la participación de la OEA y señaló que, aunque esta es criticable, también es materia de cambio y representa una oportunidad para resaltar lo bueno y criticar lo malo.
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El presidente de cuba, Miguel Díaz-Canel, denunció la “oportunista campaña de intereses de EE.UU. contra Cuba” y que se haya recrudecido el embargo estadounidense mientras se sufren “las condiciones por la pandemia”. Además, llamó “a la solidaridad y la cooperación” entre las naciones de la región “ante las pretensiones de dividirnos”.
Críticas a Venezuela y Cuba, y sus respuestas
La reunión estuvo marcada por las críticas que hicieron algunos mandatarios a la participación del presidente venezolano, Nicolás Maduro, en la cumbre, quien el viernes había viajado a México para participar en el evento.
“Mi presencia en esta cumbre en ningún sentido ni circunstancia representa un reconocimiento al Gobierno del señor Nicolás Maduro. No hay ningún cambio de postura de mi Gobierno, y creo que es de caballeros decirlo de frente”, dijo el presidente paraguayo mientras veía al mandatario venezolano presente en la sala.
Por su parte, el mandatario uruguayo cuestionó directamente a Cuba, Venezuela y Nicaragua, y dijo que no se podía ser complaciente “cuando no hay democracia plena, separación de poderes y se utilizan los aparatos del Estado para reprimir a los disidentes y encarcelar a los opositores”.
En respuesta, Maduro dijo que se debe “pasar la página del divisionismo que se instaló en la América Latina, del acoso a la revolución bolivariana y ahora del acoso incesante a la revolución cubana y nicaragüense, ese no es el camino”, aseguró. El presidente de Venezuela retó a sus pares de Uruguay y Paraguay a poner “la fecha y el lugar para un debate” sobre la democracia.
Por su parte, Díaz-Canel recordó a Lacalle que más de 700 mil uruguayos firmaron contra un “paquetazo neoliberal” del actual gobierno uruguayo, y dijo que la OEA apoyó los intentos de aislamiento a Cuba, de intervenciones militares en América Latina y el Caribe, de golpes de Estados —como el de Bolivia en 2019—, y dictaduras militares, incluso en Uruguay, mientras que “calla hoy cuando se reprimen, se asesinan y desaparecen latinoamericanos”, hechos que, dijo, no ocurren en la Isla.
Cambio climático y pandemia
La lucha contra el cambio climático y el acceso universal a las vacunas contra la COVID-19 estuvieron entre las principales preocupaciones que mostraron los presidentes de la región.
Los gobernantes coincidieron en la urgencia de que las naciones reciban financiamiento para afrontar la crisis climática, pues especialmente Centroamérica y el Caribe son más vulnerables ante los eventos climáticos extremos, pero también están entre los menores emisores de gases de efecto invernadero.
Carlos Alvarado, presidente de Costa Rica, expresó que “el Caribe y Centroamérica somos especialmente vulnerables a los climas extremos”, pero advirtió que “en nuestra región están las soluciones”.
Alejandro Giammattei, presidente guatemalteco, dijo que buscará en la ONU que Centroamérica sea declarada una región altamente vulnerable ante el cambio climático para tener acceso a financiamiento climático ágil. En cuanto a la pandemia, denunció que el acceso justo, solidario, transparente y universal de medicamentos y vacunas contra la COVID-19 “está lejos de conseguirse”.
Por su parte, Díaz-Canel dijo que “urge promover la solidaridad y la cooperación” entre las naciones latinoamericanas y caribeñas para enfrentar los desafíos actuales, y aseguró que la Isla tiene la voluntad de trabajar en el marco de la Celac para llegar a acuerdos de suministro y producción de vacunas anticovid que favorezcan a la región.
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El presidente peruano, Pedro Castillo, hizo un llamamiento a los países latinoamericanos y del Caribe a “la unidad e integración de nuestros pueblos” y recordó que “la pandemia ha venido a quedarse en cada uno de los pueblos, no es solo un problema sanitario, es un problema histórico”.
Mientras, Mario Abdo Benítez cuestionó la desigualdad entre países de la región para conseguir vacunas e insumos médicos durante la crisis sanitaria actual.