¿Qué tan frágil es la economía global? La disputa comercial entre Estados Unidos y China debilita a las empresas en ambas naciones; la economía alemana se contrajo en el segundo trimestre, y Gran Bretaña parece enfilarse a una caótica separación de la Unión Europea en los próximos meses.
Estas tendencias han afectado a los fabricantes estadounidenses y provocado un desplome en los mercados financieros de todo el mundo ante los temores de que la mayor economía del mundo pueda caer en una recesión.
Sin embargo, la mayoría de los analistas prevén que la economía estadounidense se sobreponga al complicado momento, al menos en los próximos meses, gracias al sólido gasto de los consumidores y a su resistente mercado laboral.
El mercado bursátil estadounidense se desplomó esta semana cuando los bonos, afectados por el caos global, enviaron una posible señal de advertencia de una próxima recesión: El rendimiento en el bono del Tesoro a 10 años cayó brevemente por debajo del rendimiento de los certificados a 2 años.
Es un cambio inusual que indica que los inversionistas pronostican que la economía estadounidense se expandirá a una velocidad mucho más lenta en los próximos meses. Cambios similares han precedido al menos a las últimas cinco recesiones en Estados Unidos, aunque podrían pasar hasta dos años antes de que la recesión se presente.
Sin embargo, la mayoría de los economistas se mostraron alentados por los sólidos reportes de ventas del jueves, que dejaron entrever que a los consumidores estadounidenses no les inquieta el rendimiento de bonos. Las ventas en las tiendas y restaurantes de Estados Unidos registraron en julio su mayor incremento en cuatro meses. Las ventas por Internet tuvieron su mejor desempeño desde enero. El consumo en restaurantes es una señal de confianza, debido a que la mayoría de las personas sale a comer cuando sienten que les sobra dinero.
“Mientras el resto del mundo se dirige hacia el abismo, las cifras de ventas al por menor en julio revelan un consumo en Estados Unidos que sale al rescate”, comentó Michael Pearce, economista sénior para la firma consultora Capital Economics.
En todo caso, es la guerra comercial del gobierno del presidente Donald Trump la que ha perjudicado a la economía mundial. Trump ha impuesto aranceles del 25% a 250.000 millones de dólares en importaciones chinas, además de gravar la mayoría de las importaciones de acero y aluminio. También amenazó con poner un arancel del 10% a otros 300.000 millones de dólares en importaciones procedentes de China, aunque ha postergado el incremento a alrededor de la mitad de esos artículos para evitar un alza de precios para las compras navideñas en Estados Unidos.
De cualquier forma, los aranceles — y los gravámenes de represalia implementados por Beijing a 110.000 millones de dólares en productos estadounidenses — han lastrado al crecimiento de China a su paso más lento en 26 años. La desaceleración de la segunda mayor economía del mundo, en tanto, ha castigado a la economía alemana, debido a que Alemania exporta equipo industrial a China. De hecho, la economía alemana se contrajo durante el segundo trimestre del año.
Existen otros factores adversos a nivel mundial que siguen siendo una amenaza. Simon MacAdam, economista global para Capital Economics, dijo que las posibilidades de un Brexit sin acuerdo de separación se han incrementado de manera significativa desde que Boris Johnson reemplazó a Theresa May al frente del gobierno británico el mes pasado. Johnson esta “con la mira puesta en abandonar la Unión Europea” el 31 de octubre, el plazo para concretar cualquier acuerdo, destacó MacAdam.
Una salida abrupta con toda certeza desplomaría a la libra esterlina, aumentaría la inflación y reduciría el gasto entre los consumidores británicos. Las cadenas de suministros de los fabricantes y minoristas en Gran Bretaña también sufrirían afectaciones mientras el país reactiva sus procedimientos aduanales.