El secretario del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés), Alejandro Mayorkas, viajó a Miami para explicar a la comunidad haitiana el reciente otorgamiento del Estatuto de Protección Temporal (TPS, por las siglas en inglés) a los inmigrantes de esa nacionalidad.
El TPS es una vieja aspiración de los haitianos en Estados Unidos, cuyo otorgamiento fue frenado por el expresidente Donald Trump y que su sucesor, Joe Biden, transformó en una promesa de campaña. El mismo permite que ningún inmigrante haitiano sea deportado mientras el estatuto está vigente, y aunque tiene la duración de 18 meses puede ser prorrogado indefinidamente, como viene sucediendo hace más de 20 años con nicaragüenses, salvadoreños y hondureños.
El mes pasado, Biden ya lo había otorgado a los venezolanos, otra promesa electoral, pero el TPS para los haitianos solo fue firmado el lunes. Según explicó Mayorkas, se calcula que beneficiará a unos 100.000 haitianos, que llegaron antes del 21 de mayo, con un permiso de trabajo y una residencia provisional que, sin no hay mejoría en la pacificación de la sociedad haitiana, podrían ser prácticamente indefinidos.
La razón básica para el otorgamiento de un TPS suele ser la alteración del orden en un país, como sucede en Haití, o como lo fue el clima de violencia en un ambiente de guerra civil primero en Nicaragua, a principios de los años 80 del siglo pasado, y luego en los otros dos países centroamericanos mencionados, por la violencia gubernamental contra la población en general o comunidades indígenas en particular. En términos prácticos esas poblaciones emigradas se han transformado en grandes generadores de remesas, como es el caso de los salvadoreños, a tal punto que las dos veces que el gobierno de Estados Unidos ha querido cancelarles la protección del TPS, han sido las autoridades de El Salvador las que han convencido a Washington para que no lo hiciera, precisamente por el impacto de las remesas en la economía del país.
“El TPS era una vieja aspiración de los haitianos en Estados Unidos. Legal o ilegalmente, la mayoría de los haitianos tiene un trabajo, ahorran y envían remesas a casa, no son una carga pública para Estados Unidos. Aunque esta decisión de Biden tardó mucho tiempo, estamos agradecidos”, explicó a OnCuba el activista y periodista radial haitiano, Roland Ferbau Martin.
Mayorkas visitó lo que es, quizá, el gran aporte de los haitianos a Miami, el Centro Cultural de la Pequeña Haití. “Nuestro presidente, el presidente Biden, asumió el compromiso de aprobar el TPS durante la campaña. Ahora lo ha cumplido”, afirmó el secretario de Seguridad Nacional.
Uno de los presentes, el activista haitiano, Steve Forester, no dejó pasar la oportunidad de recordar a Mayorkas que “el presidente Biden ha deportado a 2.000 haitianos, en 34 vuelos, desde el 1 de febrero. El departamento de Estado debe cambiar la política y el presidente debiera también cumplir su promesa de campaña de reabrir el programa de reunificación de la familia haitiana”.
Muchos de los deportados son hombres que dejaron atrás a sus familias. Normalmente una deportación solo puede ser reconsiderada 10 años después de efectuada.