La Administración del presidente Donald Trump presentó este lunes una demanda federal contra la ciudad de Los Ángeles, a cuyas autoridades acusa de obstaculizar la aplicación de las leyes migratorias federales mediante sus políticas de “ciudad santuario”.
La iniciativa tiene lugar en medio de crecientes redadas migratorias y una crisis laboral en los campos agrícolas de California.
Interpuesta en el Tribunal del Distrito Central de California, la demanda señala como acusados a la alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, al concejo municipal y a su presidente, Marqueece Harris-Dawson, señala un reporte de la agencia española EFE.
El Gobierno de Trump sostiene que la ordenanza municipal “Prohibition of the Use of City Resources for Federal Immigration Enforcement”, firmada por Bass en diciembre de 2024, limita el uso de recursos locales por parte de agencias federales como el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) y la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), lo que dificulta la realización de operativos y detenciones migratorias dentro de Los Ángeles.
“Al ayudar a los extranjeros sujetos a deportación a evadir la aplicación de la ley federal, la ordenanza ilegal y discriminatoria de la ciudad ha contribuido a un entorno anárquico e inseguro que esta demanda ayudará a erradicar”, declaró en un comunicado el fiscal federal, Bill Essayli.
La Administración Trump argumenta que estas políticas, reforzadas tras su triunfo electoral en 2024, han fomentado un clima de resistencia, disturbios y violencia contra agentes federales, además de actos que, según el escrito legal, constituyen obstrucción a la justicia.
Redadas cancelan también celebraciones
La demanda se produce en la cuarta semana consecutiva de operativos migratorios en el estado de California, que han provocado protestas y la cancelación de celebraciones tradicionales del 4 de julio en varias ciudades del condado de Los Ángeles y alrededores, muchas de ellas con mayoría de población latina.
Entre los eventos cancelados destaca la Fiesta de la Calle de Verano del Parque Gloria Molina Grand, así como las celebraciones en Cudahy, Bell Gardens y Huntington Park, donde las autoridades locales citaron “preocupaciones por la seguridad de los residentes debido a las actividades de control migratorio federal”.
El alcalde de Huntington Park, Arturo Flores, denunció la presencia de “hombres enmascarados y sin identificar” que realizaban operativos en los vecindarios, lo que llevó a la policía local a intervenir y detener a al menos un sospechoso que se hacía pasar por agente de ICE.
La tensión ha alcanzado niveles inéditos desde que Trump ordenó el despliegue de 4 000 soldados de la Guardia Nacional en California, sin el consentimiento del gobernador, Gavin Newsom, una medida que no se había visto en seis décadas.
Trump despliega la Guardia Nacional en Los Ángeles por protestas contra las redadas a inmigrantes
Mano de obra ausente y cosechas en riesgo
Mientras la batalla legal y política se intensifica en los tribunales y las calles, la ofensiva migratoria de la Casa Blanca está teniendo un impacto inmediato e indeseable en la agricultura californiana, uno de los pilares económicos del estado y del país.
Lisa Tate, agricultora de sexta generación en el condado de Ventura, describe un escenario alarmante en los campos de la región, que produce anualmente frutas y verduras por valor de miles de millones de dólares, en su mayoría recolectadas a mano por trabajadores migrantes, muchos de ellos indocumentados.
“En los campos, diría que el 70 % de los trabajadores se han ido. Si el 70 % de tu mano de obra no aparece, el 70 % de tu cosecha no se recoge y puede echarse a perder en un día. La mayoría de los estadounidenses no quieren hacer este trabajo. Me temo que esto ha creado un punto de inflexión en el que muchos quebrarán”, advierte Tate, en un reporte publicado por La Jornada, de México.
Supervisores agrícolas y trabajadores entrevistados en el valle central y el condado de Ventura confirman que la mayoría de los jornaleros ha dejado de presentarse por temor a las redadas.
Un supervisor mexicano, que pidió anonimato, relató que en un campo donde normalmente trabajan 300 personas, solo acudieron 80 tras los operativos. Otro supervisor reportó una caída de 80 a 17 trabajadores en un solo día.
La ausencia masiva de mano de obra está provocando que los cultivos no se recojan y que frutas y verduras se pudran en plena temporada alta.
El temor a ser detenido y deportado ha llevado a muchos trabajadores a evitar los campos, mientras otros toman precauciones extremas, como compartir auto solo con personas con estatus legal o enviar a sus hijos ciudadanos a hacer las compras.
Una fuerza laboral sin alternativas
Por su parte, Douglas Holtz-Eakin, ex director de la Oficina Presupuestaria del Congreso, estima que el 80% de los trabajadores agrícolas de Estados Unidos nacieron en el extranjero y casi la mitad están en el país sin documentos.
“Su pérdida provocará subidas de precios para los consumidores. Esto es malo para las cadenas de suministro, malo para la industria agrícola”, advierte Holtz-Eakin.
California produce más de un tercio de las verduras y hortalizas de Estados Unidos y más de tres cuartas partes de las frutas y frutos secos, según el Departamento de Alimentación y Agricultura del estado. Las granjas y ranchos generaron casi 60 mil millones de dólares en ventas agrícolas en 2023.
Ciudades santuario
Las ciudades santuario son jurisdicciones (ciudades, condados o estados) en Estados Unidos que adoptan políticas para limitar su cooperación con las autoridades federales de inmigración, como el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) y la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP).
Esas políticas buscan proteger a los inmigrantes indocumentados de ser detenidos y deportados exclusivamente por su estatus migratorio.
Entre las ciudades y condados más conocidos como “santuarios” se encuentran Los Ángeles, San Francisco, Nueva York, Chicago, Seattle y Boston, además de Houston y Austin.