México debe estar prevenido para enfrentar situaciones como la detención y el retorno en masa de mexicanos y de otros latinos, así como la posibilidad de que el gobierno del republicano catalogara a los cárteles de la droga mexicanos como grupos terroristas, adelantaron analistas mexicanos este lunes en un reporte del periódico La Jordana.
Mariana Aparicio Ramírez, integrante del Observatorio de la Relación Binacional México-Estados Unidos, estimó que la frontera y la seguridad están vinculados con otros dos aspectos de la visión estadounidense: la política migratoria y comercial.
Según la académica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), si el país latinoamericano no hace lo que indica Washington en términos de seguridad, frontera y detención migratoria, la amenaza de imponer aranceles “será una estrategia que ya conocemos”.
Aranceles, PIB…
El presidente electo Donald Trump ha amenazado con imponer aranceles punitivos de 100% o más a los automóviles procedentes de México, lo que violaría un acuerdo comercial que su primera administración negoció con Canadá y México, escribió días atrás Jack Ewing, reportero del diario The New York Times.
“La cooperación entre ambas naciones podría ser dura, pragmática y por momentos ríspida”, calzó Aparicio.
El futuro residente de la Casa Blanca ha hablado de sellar la frontera y detener la migración; “me parece que es viable y más cercano de lo que parece” y México debe estar preparado para detenciones y el retorno en masa de mexicanos y de otros latinos. Trump tiene el apoyo de la ciudadanía y eso significa que lo políticamente incorrecto puede ser políticamente viable, advirtió la académica.
Por su parte, el profesor Tomás Milton Muñoz Bravo, también de la UNAM, alertó que Trump no va a poder deportar a 11 millones de personas indocumentadas en cuatro años, por el costo que eso implica, pero es un hecho que aumentarán las redadas y el discurso de odio.
En ese escenario, apuntó Muñoz Bravo, es probable que disminuyan los recursos que Estados Unidos entregaba a organismos como la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur); y podría haber enfrentamientos entre el gobierno federal con los denominados estados y ciudades “santuario” en el territorio estadounidense.
El catedrático de la UNAM propuso establecer políticas públicas de pleno empleo y mayor gasto en infraestructura para aminorar el problema de los migrantes y evitar que se conviertan en criminales, “porque en este país el principal empleador es el narco”.
“Importamos hasta el maíz de la tortilla que nos comemos”, dijo, alarmado, Muñoz Bravo, y recomendó integrar a los eventuales deportados al mercado de trabajo agrícola y así contribuir a “satisfacer nuestras necesidades mínimas”.
La mayoría de los expertos coinciden en que sin los inmigrantes, la economía de Estados Unidos sufriría un desplome.
Por ejemplo, Tarek Hassan, profesor de Economía en la Universidad de Boston, dice que si echan a los inmigrantes por completo, Estados Unidos podría sufrir una reducción del producto interno per cápita de entre 5% y 10%, lo que significaría que la riqueza per cápita disminuiría y el PIB total sería mucho menor debido a que habría menos gente.
El impacto negativo sería especialmente severo en California, Texas y Florida, estados que albergan casi la mitad de los inmigrantes indocumentados del país y donde uno de cada veinte residentes podría ser deportado, sopesó la agencia española EFE.
Trump amenaza
Donald Trump, en tanto, confirmó este lunes que tiene previsto declarar el estado de emergencia nacional y utilizar al ejército para llevar a cabo una deportación masiva de migrantes.
El futuro mandatario confirmó las declaraciones de Tom Fitton, director de la organización conservadora Judicial Watch, en la plataforma Truth Social, en las que adelantó los planes del magnate republicano.
Desde su victoria en las elecciones presidenciales del 5 de noviembre, el republicano de 78 años ha perfilado sus planes encaminados a aplicar las expulsiones masivas de migrantes, a quienes acusa de envenenar “la sangre” de Estados Unidos, de “infectar” el país, de comer mascotas, de ser “asesinos” y “salvajes”, entre otras descalificaciones extremas.