Días antes de que Joe Biden asumiera la presidencia de Estados Unidos, los equipos de construcción trabajaron rápidamente para concluir el muro ordenado por el presidente Donald Trump en el Parque de la Amistad, un parque binacional que la entonces primera dama Pat Nixon inauguró en 1971 como un símbolo de la amistad transfronteriza.
Biden ordenó el miércoles hacer una “pausa” en toda la construcción del muro en el plazo de una semana, uno de 17 decretos que emitió en su primer día en el cargo, incluidos seis relacionados con la inmigración.
La orden deja inconclusos proyectos con un valor de miles de millones de dólares a lo largo de la frontera, pero aún bajo contrato, después de que Trump trabajó fervientemente el año pasado para construir vallas en más de 720 kilómetros (450 millas), un objetivo que dijo haber cumplido ocho días antes de dejar el cargo.
Hasta el 15 de enero, el gobierno había gastado 6.100 millones de dólares de los 10.800 millones previstos en contratos, de acuerdo con un asesor demócrata del Senado con conocimiento de los contratos y quien habló bajo condición de anonimato debido a que los detalles no se han hecho públicos. El importe total de los contratos habría extendido el muro de Trump a 1.069 kilómetros (664 millas).
Tratando de cumplir su promesa de no construir “ni un pie más”, Biden dio a su gobierno dos meses para determinar cuánto costaría cancelar los contratos y si el dinero podría destinarse a otros fines. El asesor del Senado señaló que los costos serían negociados con los contratistas y que el gobierno buscaría gastar lo que sea que quede en cuestiones relacionadas con la frontera, como carreteras, luces, sensores y otro tipo de tecnología.
Públicamente, el gobierno de Trump indicó que había asignado 15.000 millones de dólares para el muro. El asesor del Senado dijo que realmente habían sido 16.450 millones de dólares hasta el miércoles, de los cuales 5.800 millones fueron asignados por el Congreso y el resto desviado de los departamentos de Defensa y del Tesoro.
El gobierno de Trump notificó al asesor del Senado el 14 de enero que iba a seguir adelante con un contrato de 863 millones de dólares, pero no fue adjudicado.
El Cuerpo de Ingenieros del Ejército, que ha otorgado los contratos del muro con dinero del Departamento de Defensa, dijo el jueves que instruyó a los equipos no instalar ninguna barrera adicional y limitar la actividad en los próximos días a lo “necesario para preparar de manera segura cada sitio para la suspensión de los trabajos”.
John Kurc, un activista que publica videos de explosiones con dinamita realizadas por los equipos de construcción, señaló que vio cómo se colocaba una carga de dinamita el miércoles por la tarde en el Cañón de Guadalupe, en el extremo este de Arizona, mientras se llevaba a cabo la investidura de Biden en Washington.
Activistas en el Valle del Río Grande, Texas, la zona más concurrida para cruces ilegales cerca de Nogales, Arizona, vieron el jueves camiones y equipos de construcción inactivos.
Pero en San Diego cuadrillas de trabajadores remplazaban el jueves una valla de acero con imponentes postes espaciados estrechamente y con placas de acero en su parte superior que se elevan 9 metros (30 pies), dijo Dan Watman, de Friends of Friendship Park (Amigos del Parque de la Amistad), un grupo que promueve el acceso público al parque transfronterizo.
Los contratistas empezaron la semana pasada, comentó Watman, que fue informado del proyecto durante una conferencia telefónica realizada en diciembre con los agentes de la Patrulla Fronteriza, pero no recibió ninguna explicación al respecto. La agencia refirió las preguntas a la Casa Blanca, la cual no tenía comentarios al respecto.
Trump dijo que el muro fronterizo sería “prácticamente impenetrable” y que México lo pagaría, algo que nunca ocurrió. Sin bien el muro es mucho más formidable que las barreras que reemplazó, no es inusual que los contrabandistas de personas guíen a la gente para que pase encima o a través de él. Algunas porciones pueden ser cortadas con herramientas eléctricas que se adquieren fácilmente.
Pese a la fanfarronería de Trump, funcionarios de la Patrulla Fronteriza han dicho que nunca se tuvo la intención de que el muro impidiera el paso a todo el mundo, sino que más bien era para hacer que su avance fuera más lento.
La Corte Suprema tiene previsto escuchar los argumentos el próximo mes en torno a si el gobierno transfirió ilícitamente miles de millones de dólares del Departamento de Defensa para construir el muro después de que el Congreso federal se negó a autorizar el dinero que Trump solicitaba, lo cual derivó en un cierre gubernamental que se extendió 35 días en 2017.
De momento no está claro si Biden adoptará la posición de Trump ante la Corte Suprema. El informe del gobierno debe presentarse el 11 de febrero.
Por su parte, el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador celebró la decisión de Biden de suspender la construcción del muro pero, en defensa de Trump, señaló que desde la década de 1990 los presidentes estadounidenses han construido barreras fronterizas.
Associated Press/OnCuba.