La semana pasada, una encuesta de Quinnipiac ubicó a Michael Bloomberg en el segundo lugar detrás de Joe Biden entre los votantes negros. Apoyándose en la política de stop and frisk [“detener y registrar”] respaldada por el ex alcalde de New York, el presidente Trump tuiteó un clip de audio con el mensaje: “¡WOW, BLOOMBERG ES UN RACISTA TOTAL!”–pero luego lo borró. El propio Trump ha sido partidario de “detener y registrar”.
Varios candidatos demócratas también se han manifestado contra Bloomberg a propósito de este tema. Bernie Sanders dijo: “este candidato persiguió, defendió y promulgó políticas racistas, como ‘detener y registrar’, lo que causó que las comunidades pobres de color en su ciudad vivieran con miedo”.
Ahora el propio Bernie Sanders, Joe Biden y Amy Klobuchar están retomando acusaciones contra el multimillonario de comprar su pase a las elecciones. “Cree que puede comprar esta elección”, dijo Sanders en un evento en Reno. “Bueno, le tengo noticias al señor Bloomberg: ¡los estadounidenses están hartos de que los multimillonarios compren elecciones!”.
En el programa “Face the Nation”, de la cadena CBS, Klobuchar acusó a Bloomberg de evitar el escrutinio al saturar de anuncios los medios de comunicación electrónicos y eludir los debates y las entrevistas televisadas difíciles.
“Creo que no puede esconderse tras las ondas hertzianas y el dinero”, dijo. “Me parece que tiene que venir a las presentaciones. Y en lo personal, creo que tiene que estar en el escenario del debate”.
En el programa “Meet the Press”, de la NBC, Biden dijo que Bloomberg enfrentará mayor escrutinio al avanzar la contienda, y mencionó sus antecedentes en asuntos relacionados con la raza.
“Sesenta mil millones de dólares pueden comprarte mucha publicidad, pero no pueden borrar tus antecedents”, dijo.
Esos y otros ataques denotan la seriedad con que los aspirantes a la presidencia por el Partido Demócrata asumen la candidatura de Bloomberg. Ha seguido una estrategia clara evadiendo competir en los estados donde tradicionalmente se efectúan los caucus y concentrándose en los catorce estados que votarán en las primarias del supermartes, el próximo 3 de marzo.
Ha gastado más de 417 millones de dólares de su fortuna para anunciarse a nivel nacional, una cantidad sin precedente en este tipo de eventos.
Muchos demócratas moderados están inquietos por la fuerza que ha venido ganando Sanders, quien la semana pasada ganó la primaria de New Hampshire y emergió de Iowa empatado en primer lugar con Pete Buttigieg, el ex alcalde de South Bend, Indiana.
Sanders espera lograr una victoria el sábado en Nevada mientras los moderados pasan apuros para unirse y respaldar a un candidato que pudiera servir de contrapeso ante el senador de Vermont, quien se define como un socialista democrático.
Por su parte, Bloomberg se ha disculpado por haber apoyado esas políticas. “Últimamente me duele mucho, pero lo defendí durante mucho tiempo”, dijo. “Y como no entendí completamente el dolor involuntario que causó a los niños negros y latinos y a sus familias, debería haber actuado antes y haberlo detenido. No lo hice, y me disculpo por eso”.
Esos ataques se producen en medio de especulaciones sobre si Bloomberg pudiera llevar a la ex secretaria de Estado Hillary Clinton como su compañera de fórmula en la boleta 2010, una movida interesante porque la también ex candidata presidencial derrotó a Trump por más de tres millones de votos populares, aunque perdió la presidencia por el sistema del colegio electoral vigente en Estados Unidos.
Según algunos analistas, de producirse, la combinación Bloomberg-Clinton sería una fuerza formidable para enfrentar a Trump en la carrera por la Casa Blanca.
Pero allegados a Bloomberg, como su director de comunicaciones, Jason Schechter, dijeron que estaban enfocados en las primarias y en el debate, “no en la especulación sobre la vicepresidencia”.