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El presidente Donald Trump va a retirar a miles de miembros de la Guardia Nacional de una misión federal en Los Ángeles, anunció el Pentágono más de un mes después de que el presidente desplegara las tropas —pese a las objeciones del gobernador Gavin Newsom— para responder a las protestas en la segunda ciudad más grande del país.
“Gracias a nuestras tropas, que respondieron al llamado, la anarquía en Los Ángeles está disminuyendo”, declaró el portavoz del Pentágono, Sean Parnell, en un comunicado.
El militar indicó que alrededor de 2 mil efectivos de la Guardia Nacional serán liberados, lo que equivale a la mitad de los aproximadamente 4 mil que quedaron bajo control federal.
Unos 700 marines en servicio activo también fueron enviados al área de Los Ángeles el mes pasado.
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Por otra parte, alrededor de 150 miembros de la Guardia Nacional fueron devueltos al estado de California a principios de este mes para ayudar a combatir los incendios forestales.
En respuesta a la decisión, Newsom instó al Gobierno a retirar a las fuerzas restantes de la Guardia Nacional.
“Durante más de un mes, la Guardia Nacional ha sido separada de sus familias, comunidades y trabajo civil para servir como peones políticos del presidente en Los Ángeles. Mientras casi 2 mil de ellos comienzan a desmovilizarse, los guardias restantes continúan sin una misión, sin rumbo y sin esperanzas de regresar para ayudar a sus comunidades”, declaró Newsom en un comunicado.
Trump argumentó que el despliegue era necesario para lidiar con las protestas caóticas contra los arrestos del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE).
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Sin embargo, Newsom y otros políticos locales calificaron el despliegue de innecesario y advirtieron que podría aumentar las tensiones.
El Gobierno Federal también acusó a las fuerzas del orden locales de no hacer lo suficiente para proteger a ICE, algo que los funcionarios locales negaron.
El presidente afirmó que la misión de 60 días tenía como objetivo sofocar la violencia y el desorden y ayudar a proteger a los agentes del ICE y la propiedad federal.
Invocó una ley conocida como Título 10, que establece que el presidente puede llamar a tropas de la Guardia al servicio federal para hacer frente a una rebelión o si el presidente no puede, con las fuerzas regulares, hacer cumplir las leyes de Estados Unidos.
Newsom demandó a la Administración, calificando el despliegue de una “toma de poder sin precedentes” y argumentando que era ilegal que Trump federalizara la Guardia sin su autorización.
Un juez federal inicialmente falló a favor de Newsom, pero un tribunal de apelaciones finalmente permitió que Trump mantuviera las tropas en Los Ángeles mientras se desarrollaba la batalla legal, argumentando que el presidente probablemente habia actuado dentro de su autoridad.