La máxima autoridad escolar en Miami sigue en su postura irreductible de obligar a maestros y alumnos a asistir a clases con una mascarilla.
Pese a la orden en contrario de dos jueces que decidieron respaldar la decisión del gobernador de Florida, Ron DeSantis, de prohibir el uso de las mascarillas y dejar a los padres la decisión final, el superintendente escolar de Miami, Alberto Carvalho, se mantiene en sus trece aunque eso implique el corte de algunos fondos estatales, incluso de su propio sueldo.
“No se trata de una estrategia política, sino de una necesidad si tenemos en cuenta las condiciones ambientales y sanitarias de nuestra comunidad en la actualidad”, afirmó Carvalho durante el acto de inauguración de 16 centros multimedia en el distrito escolar.
El superintendente contestó así a una decisión el viernes de un juez estatal de apoyar al alcalde, fallo que, según opina, “es una orden que se salta ciertos pasos específicos, contraria a la opinión de expertos locales en salud pública y medicina”.
La situación de la pandemia en el condado Miami-Dade es particularmente seria. Desde su inicio se han contagiado 642 000 personas, de las que el 10% (6 472) ha fallecido. Durante las pasadas dos semanas se han registrado 17 343 nuevos casos. Y la generalidad de la unidades de cuidados intensivos se encuentran copadas.
Una de las preocupaciones de Carvalho, la que lo lleva a retar a la justicia y al gobernador, es que el sistema escolar ha perdido recientemente a 13 empleados debido a la COVID-19.