Este jueves el gobernador Ron DeSantis reafirmó en la cadena televisiva Fox que sigue siendo partidario de reabrir el curso escolar el próximo mes, pese a que el número de infectados del coronavirus en Florida sigue subiendo.
“Sé que el sindicato tiene su posición, pero muchos maestros en Florida están ansiosos por volver”, aseguró DeSantis al referirse al diferendo que le opone al sindicato de los maestros del estado. El gobernador sigue insistiendo regresar a clases pese a que han aparecido nuevos casos de COVID-19 en estudiantes y menores de edad, aun no significativos pero en ascenso.
Los maestros han argumentado que la reapertura desafía las pautas nacionales de salud y pone en riesgo la de los maestros y sus seres queridos. “Desde mi punto de vista, sabemos que los estudiantes tienen el menor riesgo de contraer el coronavirus. Sabemos que juegan el papel más pequeño en la transmisión del virus”, afirmó el gobernador sin citar cifras o estudios.
Cuando el entrevistador le recordó que el presidente Donald Trump ha dicho que el impulso para reabrir las escuelas fue en gran medida político, DeSantis se contradijo. Comenzó por decir que no estaba seguro, pero luego dijo que probablemente haya habido cierta influencia política. “Solo sé que lo he ordenado porque me parece apropiado”, subrayó. Pero al menos en el sur de Florida, las reglas son diferentes a las de otras zonas y estados. En los condados de Miami-Dade, Broward y Palm Beach, los gobiernos no controlan o administran los sistemas escolares. Ese papel le corresponde a los condados, que promueven la elección de los comisionados de educación. Estos nombran al superintendente escolar.
Hasta hoy, Florida acumula 379.619 casos de coronavirus y ha sufrido 5.345 muertos. Es el centro nacional de la pandemia.
El gobernador aprovechó la oportunidad para hacer un balance sobre la situación de las disponibilidades en los hospitales, muy pocas dada la alta cifra de ingresos. El condado Miami-Dade ha pedido con carácter de urgencia el envío de por lo menos 2.500 enfermeros porque los que hay no dan abasto. El problema principal se localiza en las zonas rurales, donde prácticamente se han agotado las camas en las unidades de cuidados intensivos.
“Tenemos del 20 al 25% de camas disponibles en general, también solo tenemos disponibles lo mismo entre 20 y 25% de camas de cuidados intensivos en el resto del estado”, dijo DeSantis.
Con respecto al aumento del virus en Florida, el gobernador lo atribuyó a las condiciones de clima de este verano, particularmente inclemente en estados como California, Arizona, Texas y Florida.
“Si se observa esos estados, independientemente de la política, estamos viendo que tienen eso en común. Creo que la progresión natural es diferente que en el noreste. Sabíamos que la pandemia iba a volver”, agregó.
La COVID-19 sigue ganando terreno en Florida: más de 10.000 nuevos casos durante cinco días seguidos
Por otro lado, Florida encara otro problema. El aumento de las pruebas de diagnóstico está provocando un retraso en la publicación de los resultados. El sistema como que se está tupiendo. Si hace unas semanas a los pacientes se les informaban de uno a tres días, ahora llegan a esperar de 7 a 8 días mientras el virus se sigue propagando.
“Antes de que esto explotara, estábamos muy cerca del punto en que se podía decir con confianza que cualquiera en el condado de Miami-Dade que quisiera una prueba podría hacerse una. Ya no estamos ahí”, dijo Maurice Kemp, el vicealcalde de Miami-Dade que supervisa las pruebas.
Lo cierto es que el tiempo de retraso tiene efectos sobre los esfuerzos por contener el virus. Esto hace que el rastreo de contactos sea menos preciso y exponga potencialmente a más a portadores asintomáticos. También tiene impactos económicos, ya que aleja a los trabajadores de sus empleos durante períodos prolongados mientras esperan el resultado de las pruebas.
Kemp le dijo a The Miami Herald que Miami-Dade, al igual que otros puntos calientes en todo el país, se ha visto frustrado por los retrasos de los laboratorios. Las demoras conducen inevitablemente a un aumento de la pandemia. “Lo estábamos haciendo bastante bien hasta que la demanda de pruebas se fue por las nubes”, dijo.
En un esfuerzo por combatir los retrasos, Florida ha abierto carriles de autoevaluación para personas asintomáticas en cuatro sitios de prueba en todo el estado, incluidos dos en el sur de Florida.
Si el experimento sale bien, el estado planea expandir la práctica.