Varios sectores de la sociedad floridana han criticado al gobernador Ron DeSantis por su intolerancia hacia los hijos de los inmigrantes o los menores de edad que llegaron a la frontera sur, y que los tribunales están enviando a otros estados. El gobernador ha dicho que no los quiere en los lugares que les están asignando y ha intentado prohibir a las empresas de autobuses traerlos y distribuirlos por esos centros de recepción.
Ahora se ha unido a ese coro crítico un personaje importante de Florida, particularmente en el sur de la península: el arzobispo de Miami, Thomas Wenski, prelado de 71 años con una larga hoja de servicios en la curia y conocido por su defensa de los inmigrantes.
Según Wenski, el gobernador ha alcanzado un “nuevo mínimo” después de que el político dijera que era “repugnante” comparar a los cubanos que huyeron de la isla como menores no acompañados en la década de los 60, en el marco de la Operación Pedro Pan, con las actuales oleadas de niños llegados de Centroamérica.
“Los niños son niños, y ningún niño debe ser considerado ‘repugnante’, especialmente por parte de un servidor público”, dijo recientemente el arzobispo en declaraciones recogidas por el diario Nacional Catholic Reporter.
En estos momentos, DeSantis anda en un intenso recorrido por el estado preparando el camino para postularse a su segundo mandato en lo que pudiera devenir una candidatura republicana a la Casa Blanca en 2024.
En el recorrido, bien en ruedas de prensa o declaraciones sueltas, ha estado criticando a los grupos de inmigrantes y a la inmigración actual, con particular incidencia en el seno de la conservadora comunidad cubana del sur del estado.
Fue precisamente durante un encuentro con un grupo de hombres y mujeres que arribaron a Estados Unidos con la Operación Pedro Pan que el gobernador se refirió a los menores centroamericanos que se están ubicando en Florida.
Pero pudo buscar el respaldo de algunos inmigrantes cubanos en Florida, parte de un grupo de más de 14 000 menores traídos a Estados Unidos durante la Operación Pedro Pan, un programa organizado por la Iglesia Católica con la ayuda del gobierno estadounidenes en la década de los 60.
Uno de ellos fue Máximo Álvarez, quien intervino para dejar sentado que “están usando este programa para convencer a la gente de que esto [la Operación Pedro Pan] es similar a lo que está sucediendo hoy. Ni siquiera de cerca”, dijo el 7 de febrero en el evento con DeSantis.
“Lo que está pasando en este momento, ves a los niños como mercancía y estos cárteles están usando a estos niños como mercancía para beneficio personal”, enfatizó. “Cuando vine, llegamos directamente a las manos de la iglesia y nos trataron como una familia”.
El arzobispo de Miami dijo que la falta de solidaridad de los inmigrantes que fueron menores no acompañados de Cuba y pasaron por circunstancias similares a las de los niños migrantes hoy es “decepcionante”.
“Incluso si bien reconocen la buena atención que les brindó Caridades Católicas hace 60 años, lamentan que la misma atención se les brinde a los niños migrantes hoy. Monseñor Bryan O. Walsh [el padre de los niños de la Operación Pedro Pan], se está revolcando en su tumba”, enfatizó Wenski.
El arzobispo, que atiende a una gran feligresía, más de un millón en el sur de Florida, estuvo acompañado por Mike Fernández, uno de los dos beneficiarios de Pedro Pan que apoyaron a los niños migrantes y sus familias.
Fernández, un donante republicano del Partido Republicano, criticó las palabras y acciones del gobernador al decir que eran “vergonzosas”. También atacó a las políticas de DeSantis dirigidas a las agencias que ayudan a los niños migrantes, y señaló que los niños que llegan hoy “no son inferiores de ninguna manera”.
Para el arzobispo, el evento de DeSantis equivalía a un “teatro político que ataca las políticas de inmigración, sin duda caóticas de [Joe] Biden”.
“Mostró que el gobernador tiene una maquinaria poderosa en el sur de la Florida capaz de movilizar (y manipular) a un segmento de nuestra comunidad para promover su agenda política, pero su acoso a los niños también mostró debilidad”, dijo el arzobispo.
En su evento, DeSantis dijo que “equiparar lo que está pasando en la frontera sur con el tráfico masivo de personas, la entrada ilegal, las drogas, todas estas otras cosas con la Operación Pedro Pan, francamente, es repugnante”.
Pero Fernández puntualizó que las palabras y acciones del gobernador eran vergonzosas.
“Déjenme decirles lo que creo que es repugnante: una propuesta de política despiadada hacia los niños inmigrantes. Las acciones que se proponen, la ley que se implementa es cruel, y quienes la promueven deberían estar avergonzados de esta cruzada que han abrazado totalmente”, agregó.