El récord de hospitalizaciones por la COVID-19 en Florida volvió a romperse por cuarto día consecutivo este miércoles, debido a la propagación de la variante Delta, que se ha arraigado en el estado.
Actualmente hay más de 12.000 pacientes hospitalizados con coronavirus en Florida, de los cuales cerca de 2.500 están en unidades de cuidados intensivos. El número de nuevos casos aumentó a poco más de 18.000 y los nuevos fallecimientos quedaron en poco más de 70. En el condado Miami-Dade los muertos suman ya 6.472 desde el inicio de la pandemia en marzo pasado, o sea, 1 fallecido por cada 420 personas.
El martes, el gobernador Ron DeSantis, comentó la rápida elevación de los contagios y enfatizó que la cantidad de muertes por el virus aún es baja en Florida. “Incluso entre muchas pruebas positivas, se observa mucha menos mortalidad año tras año”, dijo DeSantis. “¿Preferiría tener 5.000 casos entre los jóvenes de 20 años o 500 casos entre los mayores? Preferiría tener los más jóvenes”.
El gobernador reiteró que el estado no volverá a cerrar debido al aumento de casos, pero que las personas deben vacunarse. “No vamos a cerrar y las escuelas van a permanecer abiertas. Estamos protegiendo el trabajo de todos los floridanos en este estado. Estamos protegiendo las pequeñas empresas. Estas intervenciones han fracasado una y otra vez durante esta pandemia, no solo en los Estados Unidos sino en el extranjero”.
DeSantis ha estado en contra de las medidas de combate al coronavirus durante gran parte de la pandemia, y Florida es uno de los primeros estados que comenzó la reapertura tras un cierre de poco más de 8 meses.
El gobernador, que dio un cambio de 180 grados desde condenar las vacunas a promocionarlas ahora tras el incremento de los infectados, justificó el cambio diciendo que los inyectables han contribuido a que los casos del virus sean menos graves y han ayudado a luchar en sentido general contra la pandemia.
“Aún puede dar positivo en la prueba, pero al final del día, (la vacuna) puede convertir esto de algo que era mucho más amenazante para una persona mayor, digamos, a algo que es más manejable”, justificó.
No obstante, DeSantis sigue resistiéndose a decretar la obligatoriedad del uso de mascarillas y, junto al parlamento estatal, ha limitado recientemente la capacidad de los funcionarios locales para imponer medidas destinadas a detener la propagación de la pandemia.
Un caso concreto es su decreto ejecutivo que prohíbe a las escuelas obligar a los estudiantes a usar mascarillas en las clases presenciales, lo cual se encuentra en un proceso de apelación por parte de las autoridades escolares.
Todo indica a que el gobernador ha chocado con la oposición de los tres distritos escolares del sur de Florida, Miami-Dade, Broward y Palm Beach, que son autónomos del Departamento de Educación de Florida.
El superintendente escolar de Miami, Alberto Carvalho, ha reiterado su postura habitual: primero estudiará la situación y después decidirá qué hacer. Pero, por lo pronto, ha dado indicaciones a las escuelas de que sigue la obligatoriedad del uso estudiantil de mascarillas como en el pasado curso escolar, según conoció OnCuba de fuentes del sector.