Un pequeño grupo de conservadores, incluido el esposo de la principal asesora del presidente Donald Trump, lanzó una iniciativa para impedir la reelección del mandatario y castigar al mismo tiempo a los legisladores que lo apoyan.
La iniciativa, llamada Proyecto Lincoln (PL), se suma al movimiento “Jamás Trump” que hasta ahora se limitaba a comentarios en las redes sociales y a las críticas de canales noticiosos de cable. El PL surge como un “comité de acción política”, o PAC, como se denomina a las agrupaciones que recaudan fondos con fines electorales.
Los promotores del proyecto dicen que de entrada ya cuentan con un millón de dólares en aportes y que esperan recaudar mucho más para costear avisos políticos en los estados que decidirán las elecciones. Su objetivo es convencer a los republicanos desencantados de que no voten por ese partido.
Su misión es sencilla: “Derrotemos al presidente Trump y al trumpismo en las urnas”, según dice un portal que el PAC lanzó el martes.
El grupo está encabezado por un consejo asesor de siete personas que incluye a algunos de los detractores de Trump más acérrimos. La mayoría, aunque no todos, ya rompieron filas con el Partido Republicano en protesta por la ascendencia del presidente.
Algunos de sus miembros son Steve Schmidt, ex asesor del senador republicano John McCain; John Weaver, quien fuera asesor del exgobernador de Ohio John Kasich, y George Conway, esposo de la principal asesora de Trump, Kellyanne Conway.
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George Conway dijo en una entrevista que alentó al PAC a que involucre a Anonymous, un funcionario del gobierno de Trump que no ha sido identificado y que recientemente un libro en el que exhorta a impedir la reelección de Trump. Los restantes miembros del grupo, no obstante, rechazaron la propuesta de Conway.
“Espero que él, o ella, dé la cara algún día y se sume a este esfuerzo”, dijo Conway. “Porque todo aquel que piense que Donald Trump es un cáncer para la presidencia y para la Constitución tiene que ayudar”.
El surgimiento del Proyecto Lincoln es algo importante, aunque parece representar un grupo minúsculo del partido republicano. Nueve de cada diez republicanos aprueban la gestión de Trump, según la encuestadora Gallup. Y con pocas excepciones, Trump tiene el apoyo de todos los republicanos en el Congreso.
Recientes consultas electorales, no obstante, indican que Trump ha perdido terreno entre las mujeres y los votantes con estudios universitarios, sobre todo en los suburbios, que tradicionalmente votan por los republicanos. El Proyecto Lincoln se propone convencer a muchos desencantados de que voten por los demócratas.
En principio, el PL se presenta como un “Super PAC”, lo que le permite recaudar cantidades ilimitadas de dinero con fines electorales, revelando quienes aportan fondos.
“Se percibe un cambio: De las palabras se está pasando a la acción”, dijo el cuadro republicano Reed Galen, quien describió al PL como “un momento clave” en la campaña electoral.
El PL se propone específicamente combatir la reelección de Trump y de senadores aliados al mandatario en un puñado de estados indecisos. Con ese fin, le apuntarán a un sector pequeño pero importante del electorado: el de los republicanos desencantados y el de los independientes que tienden a votar por los republicanos.
Weaver dijo que concentrarán sus esfuerzos en Michigan, Pensilvania, Wisconsin, Arizona y Carolina del Norte. En relación con el Senado, se enfocarán en Arizona, Colorado, Carolina del Norte, Maine y tal vez Kansas y Kentucky.
“Es un esfuerzo orgánico y vamos a ser flexibles”, indicó.
George Conway, quien renunció al Partido Republicano el año pasado, dijo que será más que nada un “porrista” debido a su escasa experiencia política.
“No soy un recaudador de fondos ni un consultor político, pero si puedo ayudar, lo haré, porque creo que es importante”, manifestó.
Agregó que el PL prestará particular atención a las gestiones en el Congreso con miras a un posible juicio político.
“Si no lo destituyen en el Senado” mediante un juicio político, Trump “tiene que ser derrotado en las urnas”, sostuvo. “La gente en el Congreso que lo apoya, ya sea activa o pasivamente, también está violando el juramento que hizo al asumir su cargo y deben ser destituidos”.