La universidad de Harvard demandó este lunes al Gobierno de Estados Unidos, que preside Donald Trump, por congelar la pasada semana fondos federales que recibía debido a que presuntamente toleraba actitudes antisemitas en su campus.
Como reacción a la medida, la institución educativa acusa a miembros del gabinete, como el Secretario de Salud, Robert F. Kennedy Jr., y la Secretaria del Departamento de Educación, Linda McMahon, de violar con la represalia la Primera Enmienda de la Constitución, reporta la agencia Efe.
“El intento del Gobierno de coaccionar y controlar a Harvard” hace caso omiso de los principios fundamentales de la Primera Enmienda, “que salvaguardan la libertad académica”, y además incumplen las leyes y los reglamentos federales, consideran desde la casa de altos estudios.
“Moments ago, we filed a lawsuit to halt the funding freeze because it is unlawful and beyond the government’s authority.” – President Alan Garber https://t.co/F65kW4GaL1
— Harvard University (@Harvard) April 21, 2025
Alan Garber, presidente de Harvard, aseguró desde la página web de la universidad que “las consecuencias de la extralimitación del Gobierno serán graves y duraderas”.
A su vez, agregó que “impactarán en investigaciones de enfermedades como el cáncer, la esclerosis múltiple, el alzheimer o el párkinson”.
Gerber expuso que, como judío, consideraba válida la preocupación por el aumento del antisemitismo en estos momentos. Sin embargo, indicó que para abordar eficazmente esta situación “se requiere comprensión, intención y vigilancia”.
La máxima autoridad de la prestigiosa universidad aseguró que esta “se toma ese trabajo en serio”, y acusó al Gobierno de usar el antisemitismo para justificar “una acción ilegal”.
El pasado 14 de abril la directiva del centro rechazó las exigencias para evitar el congelamiento de unos 2200 millones de dólares que recibe del Gobierno.
Entre esas demandas se encontraban la cancelación de sus programas de diversidad y vigilar la orientación ideológica de sus estudiantes extranjeros.
Las represalias no se hicieron esperar, y además del recorte de fondos, la Administración Trump amenazó con eliminar la exención de impuestos de la que goza actualmente el centro.
Otros se suman a la escalada
Harvard es una de las universidades, junto a Columbia y Princeton, entre otras, que han visto amenazada su financiación federal a partir de los informes del “Grupo de trabajo federal para combatir el antisemitismo” creado por Trump.
El Gobierno las acusa de aplicar políticas de “discriminación positiva” o por no dar cabida a lo que la administración califica como “diversidad de ideas”.
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Ante la presión, la universidad de Columbia aceptó cumplir las demandas impuestas por el Gobierno, y así evitar la pérdida 400 millones de dólares en financiación federal, que hubiese complicado su funcionamiento.
Sin embargo, la postura de Harvard ha impulsado a otros centros universitarios y colegios a alzar la voz contra las pretensiones del Gobierno de controlar sus actividades.
Este martes un centenar de directores y profesionales de universidades y sociedades académicas estadounidenses, entre las que se encuentran Harvard, Yale o Princeton, firmaron un documento en el que critican las interferencias que reciben por parte de la Administración Trump, de acuerdo con un despacho de la agencia española.
El precio de limitar las libertades
El documento se hizo público tras conocerse la demanda presentada por Harvard, e indica el propósito de los líderes de las universidades y colegios firmantes de “pronunciamos al unísono contra la extralimitación gubernamental y la interferencia política sin precedentes que ponen en peligro la educación superior”.
El texto, que según el medio ha sido respaldado por la Asociación Americana de Colegios y Universidades, apunta que “estamos abiertos a una reforma constructiva y no nos oponemos a la supervisión gubernamental legítima. Sin embargo, debemos oponernos a la intromisión indebida del gobierno en la vida de quienes estudian, viven y trabajan en nuestros campus”.
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Además, subraya que el “precio de limitar las libertades que definen la educación superior estadounidense lo pagarán nuestros estudiantes y nuestra sociedad”.
Entre los centros que firmaron el documento se encuentran la American University, el Vassar College, el Bryn Mawr College, el Rhodes College, la Universidad de Westminster, la Universidad de Boston, la Universidad de San Diego, la Rutgers University o la Universidad de Pensilvania.