Walmart ordenó a sus empleados retirar anuncios y exhibiciones de videojuegos que tengan representaciones de violencia en todas sus tiendas de Estados Unidos, luego de la masacre de 22 personas en uno de sus establecimientos en Texas, pero seguirá vendiendo armas.
En un memorando interno, la tienda minorista solicitó a sus trabajadores retirar todo material publicitario con contenido violento, desconectar las consolas Xbox y PlayStation que muestren videojuegos violentos y no proyectar violencia explícita en las pantallas de los departamentos de artículos electrónicos.
También se ordenó a los empleados apagar los videos sobre la temporada de caza en el departamento de artículos deportivos, donde hay armas disponibles para su venta. “Retiren de inmediato del piso de ventas estos materiales o apáguenlos”, dice el memorando.
Walmart seguirá vendiendo videojuegos violentos y no ha modificado su política sobre la venta de armas, a pesar de las exigencias de los empleados, políticos y activistas.
“Adoptamos esta medida por respeto debido a los incidentes de la semana pasada”, dijo la portavoz de Walmart, Tara House, en un email. Se negó a responder preguntas.
“Eso es una ausencia de respuesta y de solución”, dijo Thomas Marshall, que trabaja en la división de ventas por internet de Walmart en San Bruno, California. Marshall ha participado en organizar una petición para que la compañía deje de vender armas. Dijo que planean enviar el viernes por correo electrónico la petición, con más de 53.000 firmas, al director general de Walmart, Doug McMillion.
Después de la masacre del fin de semana en el Walmart de El Paso, McMillon dijo que la compañía “reflexionará y deliberará sobre nuestra respuesta”.
Tras la matanza a tiros en una secundaria de Parkland, Florida, el año pasado, Walmart Inc. prohibió las ventas de armas y municiones a menores de 21 años. En 2015, Walmart había dejado de vender fusiles AR-15 y otras armas semiautomáticas con el argumento de que su comercialización no era rentable.
El presidente Donald Trump afirmó el lunes que los “horripilantes y macabros videojuegos” alientan la violencia, aunque no hay vínculo conocido entre videojuegos violentos y actos violentos.
A la matanza de El Paso le siguió otra horas después en Dayton, Ohio, con saldo de nueve muertos.
En lo que va de 2019, Estados Unidos ha registrado 254 tiroteos con al menos cuatro personas baleadas en cada uno, según la organización Gun Violence Archive. La cantidad de incidentes rebasa la de días.
Scott Galloway, profesor de mercadotecnia en la Universidad de Nueva York, dijo que la medida adoptada para ocultar imágenes de violencia en las tiendas era “un intento barato para distraer a los clientes y la prensa frente al punto importante: que Walmart continúa vendiendo armas”.
Otras compañías han adoptado cambios después de las masacres. ESPN pospuso la transmisión de una competencia de eSports del juego Apex Legends. Y NBC Universal retiró algunos anuncios de su próxima película The Hunt, en la que personajes se cazan y se disparan unos a otros.
Las masacres han causado paranoia en el país.
El jueves cundió el pánico en un Walmart de Springfield, Missouri, cuando un hombre con fusil y vestimenta blindada caminó por la tienda hasta que lo detuvo un bombero fuera de servicio. No hubo disparos, el hombre se entregó y quedó detenido.
El viernes, la senadora Elizabeth Warren, aspirante a la candidatura presidencial demócrata, arremetió contra Walmart.
“Las armas que venden están matando a sus propios clientes y empleados. Ninguna ganancia vale esas vidas. Hagan lo correcto: dejen de vender armas”, escribió.