El expresidente estadounidense y magnate inmobiliario Donald Trump ha quedado fuera, por primera vez en los últimos 25 años, del listado de la revista Forbes de los 400 más ricos del mundo.
Este año, el listado incluye mayormente a empresarios tecnológicos, artistas e inversionistas de industrias en desarrollo.
Los tres primeros son Jeff Bezos, presidente de Amazon, con 201.000 millones de dólares; Elon Musk, dueño de Tesla y SpaceX, con 190.000 millones; y Mark Zuckerber, dueño de Facebook, con 134.500 millones.
Pero la fortuna de Trump se estima apenas en 2.500 millones de dólares, una cantidad casi igual a la del año pasado, cuando apareció en el puesto 339 entre los más ricos. Sin embargo, este año sus principales negocios, centrados en la esfera inmobiliaria, se estancaron frente al empuje de las criptomonedas o del sector tecnológico, donde el exmandatario se encuentra ausente.
En comparación con las cifras previas a la pandemia, la fortuna de Trump se ha reducido en 600 millones de dólares, que Forbes atribuye a las decisiones de no diversificar su fortuna reinvirtiendo en nuevos sectores.
Forbes incluye un gráfico que muestra la evolución de la riqueza de Trump desde 1996, año en el que tuvo la escalada más espectacular que lo acercó a los 100 más ricos del mundo. Con algunos altibajos, esta se mantuvo estable entre el 2000 y el 2015, pero a partir de entonces comenzó a declinar.
Durante los años que ocupó la Casa Blanca, la fortuna de Trump no paró de caer, dejando en 2016 la lista de los 200 más ricos, en 2020 la lista de los 300, y finalmente este año la lista de los 400.
La riqueza de Trump siempre ha sido un misterio. El expresidente se ha negado a informar sobre sus impuestos y muchos analistas del mercado financiero no creen que las cifras divulgadas sean reales y sostienen que Trump nunca ha sido serio en relación al valor de su fortuna.