El cubanoamericano Enrique Tarrío, líder nacional del grupo de extrema derecha Proud Boys, fue sentenciado hoy a 22 años de prisión por planear una conspiración sediciosa destinada a descarrilar la transferencia de poder de Donald Trump a Joe Biden y que comenzó con el asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021.
De los cinco líderes de la organización condenados, la sentencia de Tarrío es la más alta, las otras cuatro oscilaron entre 10 y 18 años. Sin embargo, ninguna fue tan severa como pedían los fiscales. Para el cubanoamericano, por ejemplo, la petición fiscal era de 33 años. Todas las sentencias falladas por el juez Timothy Kelly fueron inferiores a lo solicitado por los fiscales.
El caso Tarrío es un recordatorio del ambiente político en aquellos días, alimentado por las mentiras de Donald Trump en torno a las elecciones y de hasta qué extremo sus afirmaciones falsas inspiraron a extremistas de ultraderecha que finalmente irrumpieron en el Capitolio para frustrar el traspaso pacífico del poder presidencial.
Levantándose para hablar antes de que se dictara sentencia, Tarrío suplicó clemencia, describió el 6 de enero como una “vergüenza nacional” y pidió disculpas a los agentes de policía que defendieron el Capitolio y a los legisladores que huyeron.
Su voz se quebró cuando expresó remordimiento por haber defraudado a su familia y prometió que ha dejado la política. Tarrío no estaba en Washington el día del asalto, fue detenido la tarde anterior en el aeropuerto de la ciudad y sacado de la urbe; pero fue acusado de haber quemado un cartel de la organización Black Lives Matter a la entrada de una iglesia negra del DC.
Según los fiscales, Tarrío se mantuvo en contacto con miembros de Proud Boys y participó en la organización del asalto.
“No soy un fanático de la política. Hacer daño o cambiar los resultados de las elecciones no era mi objetivo”, afirmó dirigiendose al juez. “Por favor, tenga piedad de mí, le pido que no me quite mis cuarenta y tantos años que me quedan”.
Pero la fiscalía no se dejó convencer. “Tenemos que asegurarnos de que las consecuencias queden perfectamente claras para cualquiera que pueda estar descontento con los resultados de 2024, 2028, 2032 o cualquier elección futura durante todo el tiempo que se recuerde este caso”, dijo el fiscal Conor Mulroe. “Esto fue un acto calculado de terrorismo”.