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Mohsen Mahdawi nació en el campo de refugiados de Far’a, en la Cisjordania ocupada. Como otros niños palestinos, durante su infancia tuvo experiencias traumáticas; una de ellas, presenciar cómo su mejor amigo, de 12 años, fuera asesinado por un soldado israelí. Otra, haber recibido un tiro en la pierna a manos de los ocupantes.
En 2014 logró llegar a Estados Unidos y al año siguiente obtuvo la residencia permanente (green card). En 2018 matriculó en la Universidad de Lehigh, Pensilvania, para estudiar Informática. Luego se trasladó a la Universidad de Columbia para matricular Filosofía.
Allí se involucró en el movimiento contra la ocupación israelí y la guerra. En 2023 fundó, junto a su amigo Mahmoud Khalil, la Unión de Estudiantes Palestinos de la Universidad de Columbia. Fue desde entonces un organizador de las protestas contra las acciones militares del sionismo en Gaza.
Lo hizo defendiendo abiertamente la no violencia, la búsqueda de la paz y condenando el antisemitismo. En Estados Unidos había adoptado el budismo y por consiguiente se oponía a toda forma de violencia. Y desde temprano enfatizó que su defensa de los derechos palestinos se articulaba con la lucha contra el antisemitismo.
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“Creo que la lucha contra el antisemitismo y la lucha por la liberación de Palestina van de la mano, porque, como dijo Martin Luther King, la injusticia en cualquier lugar es una amenaza para la justicia en todas partes”, declaró.
La detención
El 14 de abril de 2025 Madawi se presentó a la entrevista de Inmigración en la localidad de Colchester, Vermont, para obtener la ciudadanía. Su último paso al cabo de diez años viviendo y estudiando en Estados Unidos.
Pero mientras la terminaba, tuvo un problema. “En ese momento —relató— tuve una sensación muy fuerte: ‘Dios mío, todo me está saliendo bien’. Y entonces entraron a la oficina […] Pueden imaginarse la emoción de recibir la ciudadanía y la decepción que tuve”.
En vez salir de ahí habiendo firmado un documento en el que prometía lealtad a Estados Unidos y proteger y defender la Constitución, fue arrestado por agentes de ICE enmascarados.
Lo esposaron de inmediato, pero no le explicaron el motivo. “Lo primero que hicieron fue aislarme de mi abogado”, dijo. “No nos mostraron ningún documento que llevaran con ellos. Les dije: ‘Soy un hombre pacífico y colaboraré’”.
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El pleito
El abogado afirmó que su cliente estaba siendo detenido “únicamente por sus derechos amparados por la Primera Enmienda” —su libertad de expresión. “Eso es una violación de la ley, una violación de la Constitución, y debería ser liberado de inmediato”.
El Gobierno lo quería deportar. “Se preparaban para enviarme a Luisiana”, dijo Mahdawi. “Tenían mis boletos de avión impresos. Dos agentes vinieron a buscarme para embarcarme en un vuelo comercial del Aeropuerto de Burlington a Nueva York y de Nueva York a Luisiana”.
Para la deportación argumentaban, en primer lugar, que las protestas de Mahdawi habían alimentado el antisemitismo y socavado los esfuerzos de paz en el Medio Oriente, una interpretación desproporcionadamente sui generis del artículo 237(a)(4)(C)(i) de la Ley de Inmigración y Nacionalidad, según el cual el secretario de Estado —en este caso, Marco Rubio— puede considerar a una persona deportable si tiene motivos razonables para creer que su presencia o actividades en Estados Unidos podrían tener consecuencias adversas para la política exterior.
Y, en segundo, que durante una investigación del FBI en 2015, el dueño de una armería había alegado que Mahdawi dijo haber construido ametralladoras en Cisjordania para matar judíos. Esto demostraba que representaba una amenaza, aseguraron.
Echaron mano a un supuesto informe de la Policía de Windsor, Vermont, según el cual un “ciudadano preocupado” dijo que Mahdawi “parecía tener conocimiento sobre diseño y funcionamiento de armas”.
La liberación
El 30 de abril el juez federal Geoffrey W. Crawford ordenó su libertad bajo fianza al no encontrar evidencia de peligro ni riesgo de fuga. Afirmó que Mahdawi y sus abogados habían presentado una “afirmación sustancial de que el Gobierno lo había arrestado para reprimir una expresión con la que no estaba de acuerdo”.
Si bien las acusaciones eran “impactantes”, el juez señaló que si el FBI había decidido cerrar el caso, significaba que el organismo federal había llegado a la conclusión de que las palabras del dueño de la armería y del “ciudadano preocupado” eran infundadas.
“Aunque fuera un agitador —escribió—, su conducta está protegida por la Primera Enmienda”. Ofender a oponentes políticos o alarmar al Departamento de Estado no lo hacía lo suficientemente peligroso como para justificar su detención.
El Gobierno solicitó al juez suspender la liberación de Mahdawi durante siete días, pero este lo denegó. La subsecretaria del DHS, Tricia McLaughlin, dijo en un comunicado que el magistrado no impediría que la Administración Trump “restaurara el estado de derecho en nuestro sistema de inmigración”.
Y declaró lo mismo que Marco Rubio: “Es un privilegio recibir una visa o una residencia permanente para vivir y estudiar en Estados Unidos de América. Cuando se aboga por la violencia, se glorifica y apoya a terroristas que se deleitan asesinando estadounidenses y se acosa a judíos, ese privilegio debería ser revocado”.
El suyo y otros casos de este tipo, concluyó el juez, “recuerdan las redadas contra presuntos anarquistas y comunistas en 1919 y 1920, y las deportaciones durante la era McCarthy de la década de los 50”. Forman parte de un patrón más amplio de persecución por parte de ICE contra activistas palestinos, en particular contra quienes participaron en protestas universitarias contra los bombardeos de Israel en Gaza.
Las intervenciones de los abogados, incluida la presentación de recursos de habeas corpus ante las cortes, junto a los fallos de los jueces federales, han resultado cruciales para desmontar las alegaciones gubernamentales y lograr la liberación de los implicados, a menudo alegando violaciones del debido proceso y el derecho a la libertad de expresión.
Una vez en libertad (que obtuvo el 30 de abril), Mahdawi ayudó a fundar el Fondo de Defensa Legal para la Inmigración de Vermont con el fin de apoyar a otros inmigrantes que enfrentan la deportación.
“Se lo estoy diciendo alto y claro al presidente Trump y a su gabinete: no les tengo miedo”, dijo en las afueras del tribunal tras su liberación.
Coda
En una entrevista casi una semana después de su liberación, Mohsen Mahdawi le relató a ABC News su arresto y detención. Afirmó que desde el principio tenía el temor de que su cita para obtener para la ciudadanía fuera una trampa.
“En ese momento me pregunté: ¿Debería alegrarme o preocuparme al recibir la notificación? Sin duda, fue una señal de alarma que me llevó a contactar directamente a mi equipo legal para analizar los pros y los contras, y el riesgo de perder mi libertad”…