Una base del ejército de EE.UU. en Oklahoma donde el gobierno dice que alojará a niños migrantes que cruzan la frontera sin sus padres fue un centro de detención de japoneses durante la Segunda Guerra Mundial.
Datos del Servicio Nacional de Parques y de organizaciones privadas revelan que la base de Fort Sill fue una de al menos 14 instalaciones donde permanecieron detenidos japoneses. Se calcula que unos 120,000 japoneses o descendientes de japoneses fueron mantenidos en “centros de reubicación” durante la guerra.
Tom Ikeda, director ejecutivo de Densho, una organización que documenta la historia de estas detenciones, afirmó que Fort Sill es “un sitio lleno de traumas”. Explicó que allí también fueron alojados apaches que habían sido detenidos e hijos de miembros de los pueblos originarios.
“Los sitios como este deben ser cerrados permanentemente, no reciclados para causar más daños”, manifestó Ikeda el miércoles en un comunicado. “Tenemos que estar atentos y vigilantes y hacernos presentes en estos lugares para protestar. Nadie lo hizo por los japoneses-estadounidenses durante la Segunda Guerra Mundial. Debemos romper ese patrón”.
El gobierno de Barack Obama también alojó en Fort Sill a menores no acompañados durante una oleada de llegadas de migrantes en el 2014.
El llamado de Ikeda se asemeja a otros hechos el año pasado por funcionarios estatales y federales que objetaron el que el gobierno de Donald Trump planease alojar niños migrantes en otro centro de detención de japoneses en Rohwer, Arkansas. Esa iniciativa fue hecha a un lado.
La Oficina de Reubicación de Refugiados (ORR), que responde al Departamento de Salud y Servicios Humanos, dijo el martes que planeaba alojar unos 1,400 niños migrantes en Fort Sill, cerca de Lawton, Oklahoma, unos 145 kilómetros al sudoeste de Oklahoma City.
Un correo electrónico enviado el miércoles pidiendo comentarios no fue respondido por el departamento.
Cantidades récord de menores no acompañados han estado llegando a la frontera, mayormente de Guatemala, Honduras y El Salvador. En mayo fueron detenidos 11,507 menores que viajaban solos. La ORR ha sido criticada por la muerte de dos menores bajo su custodia y ha sido demandada por el trato que da a los adolescentes. La oficina dijo que debe abrir nuevas instalaciones para alojar a los recién llegados porque corre peligro de quedarse sin camas.
El portavoz de Fort Sill Darrell Ames dijo que hay informes de que, tras el ingreso de Estados Unidos a la Segunda Guerra Mundial, el gobierno dispuso que la base construyese centros de detención para japoneses, pero que en los archivos no hay indicio alguno de que en la base se haya alojado a la población japonesa. Sostuvo que sí hubo prisioneros de guerra de Japón, Alemania e Italia.
Shawn Iwaoka, quien trabaja con el Museo Nacional de Japoneses-Estadounidenses en Los Ángeles, dijo que hay mucha confusión porque se usaron distintos términos para aludir a los centros de detención de japoneses, como “centros de reubicación” y “campamentos de detención”, y también porque Fort Sill era mucho más pequeño que otras instalaciones como las de Manzanar, California, que albergó a miles de personas.
La colección del museo incluye una carta de un hombre detenido en Fort Sill a su esposa, que estaba en un centro de detención de California, escrita en un papel con un membrete que decía “preso de guerra”.
“Abundaban los eufemismos para tratar de disimular lo que realmente eran. La posición del museo es que se les debe llamar centros de concentración”, expresó Iwaoka. “Iban a las casas de la gente y la obligaban a dejar sus propiedades”.
Archivos de Densho y el libro Confinement and Ethnicity: An Overview of World War II Japanese American Relocation Sites mencionados en el portal del Servicio Nacional de Parques indican que hubo entre 359 y más de 700 personas detenidas en Fort Sill, incluidos tres alemanes. Un guardia mató a tiros a un japonés que trató de escapar. La Enciclopedia de Sensho dice que los presos vivían en carpas y que en el verano las temperaturas llegaban a casi 38 grados centígrados.