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Grok, el programa de inteligencia artificial (IA) de Elon Musk, ha denunciado las nuevas acusaciones de Donald Trump contra Barack Obama como una desviación del tema “sin fundamento”.
Ante la creciente presión sobre la Administración Trump para que publique todos los archivos relacionados con el caso de tráfico sexual infantil de Jeffrey Epstein, el presidente y su directora nacional de inteligencia, Tulsi Gabbard, han queido centrar la atención en acusar a Obama de conspirar contra él en 2016, según un informe publicado por Gabbard el viernes 18 de julio.
Al día siguiente, después de que un usuario de X le preguntara a Grok si el informe se basaba en hechos reales o si la Administración Trump “solo intentaba distraer la atención de Jeffrey Epstein”, el programa respondió que ninguna de las acusaciones contra Obama parecía tener fundamento.
“No existen pruebas creíbles de que Barack Obama cometiera ningún delito; las acusaciones de una ‘conspiración traicionera’ en 2016 carecen de fundamento y están refutadas por informes bipartidistas que confirman la interferencia rusa”, escribió Grok en su respuesta.
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La Administración Trump cerró recientemente un acuerdo de 200 millones de dólares con la empresa de IA de Musk para incorporar a Grok al flujo de trabajo del Pentágono, pero eso no ha impedido que critique al presidente.
En una publicación, Musk recordó a sus seguidores la estrategia de Trump con las controversias pasadas, escribiendo: “1. No admitir nada; 2. Negar todo; 3. Contrademandar”. Luego añadió: “Pero esta vez no funcionará”.
El martes 22 de julio, el portavoz de Obama, Patrick Rodenbush, emitió una enérgica declaración sobre las reiteradas acusaciones de la administración Trump contra el 44.º presidente.
“Por respeto a la presidencia, nuestra oficina normalmente no dignifica con una respuesta las constantes tonterías y desinformación que salen de esta Casa Blanca”, comenzaba el comunicado. “Pero estas afirmaciones son lo suficientemente escandalosas como para merecerlas. Estas extrañas acusaciones son ridículas y un débil intento de distracción”.
“Nada en el documento publicado la semana pasada contradice la conclusión, ampliamente aceptada, de que Rusia influyó en las elecciones presidenciales de 2016, pero no manipuló los votos.
Estas conclusiones fueron confirmadas en un informe de 2020 del Comité de Inteligencia del Senado, un organismo bipartidista dirigido por el entonces presidente Marco Rubio.