El gobernador de Texas, Greg Abbott, había anunciado que Filadelfia sería el próximo destino para los migrantes que el estado viene transportando desde la frontera entre Estados Unidos y México a lugares liderados por los demócratas.
Y lo cumplió con la llegada a Filadelfia de un ómnibus con 28 inmigrantes, incluida una niña de 10 años que sufría deshidratación y fiebre alta, trasladada a un hospital para recibir tratamiento.
Antes de Filadelfia, los funcionarios de Texas ya habían enviado en ómnibus a más de 13 000 inmigrantes a Washington D.C., Nueva York y Chicago, tres ciudades con políticas de santuario.
De inmediato los defensores de emigrantes les dieron la bienvenida. Informaron que las familias y las personas procedían de Colombia, República Dominicana y Cuba.
“En general, la gente se siente aliviada. Queremos que sepan que tienen un hogar aquí”, dijo Helen Gym, miembro del Consejo Municipal de Filadelfia, quien acompañó a varios migrantes a una guagua que los llevó a un sitio donde se podrían evaluar sus necesidades y mejorarles las condiciones..
“Buscar asilo es un derecho humano”, dijo. “Nuestro país siempre ha recibido a personas que buscan refugio aquí, y hemos prosperado gracias a eso. Nuestra ciudad y nuestro país son más fuertes cuando abrazamos y le damos la bienvenida a personas que buscan una vida mejor”.
“Lo importante es que llegaron a Filadelfia y fueron recibidos con los brazos abiertos”, dijo Emilio Buitrago, de la organización sin fines de lucro Casa de Venezuela. “Los niños estaban asustados, exhaustos, cansados”. Ahora van a ir a un lugar donde van a tener camas cómodas y cálidas, con una manta y comida caliente. A partir de ahí, vamos a trabajar en su reubicación. Algunas de las familias esperan unirse con parientes o amigos en otros estados”, dijo Gym.
Los críticos han denunciado las acciones de Abbott como políticamente motivadas, pero los votantes de Texas lo premiaron la semana pasada con un tercer mandato como gobernador en su carrera contra el demócrata Beto O’Rourke. Abbott hizo de una serie de medidas de inmigración de línea dura la pieza central de su campaña. Casi 6 de cada 10 votantes de Texas estaban a favor de su decisión de enviar inmigrantes a las ciudades del norte.
El alcalde de Filadelfia, Jim Kenney, calificó a la administración Abbott de “cruel y racista” por enviar la guagua a la ciudad con poco aviso y sin ningún plan para ayudar a las familias una vez que llegaran. “Es realmente repugnante escuchar que el gobernador Abbott y su administración continúan implementando su política deliberadamente cruel utilizando a familias inmigrantes, incluidas mujeres y niños, como peones para impulsar descaradamente su agenda política retorcida”.
Kenney dijo que la ciudad había estado trabajando con más de una docena de organizaciones locales para brindarles a los migrantes espacios de refugio, exámenes de salud de emergencia, alimentos, agua, traducción y más.
La medida fue la última escalada de los esfuerzos de Abbott para repudiar a la administración Biden y a los demócratas por el manejo del Gobierno Federal de una ola migratoria sin precedentes a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México durante los dos últimos dos años.