Redacción OnCuba
Audrey Elizabeth Hale, quien ayer lunes mató a tres niños y tres adultos en una escuela primaria cristiana en Nashville, Tennessee, estaba bajo tratamiento médico por un “trastorno emocional“, dijo la policía.
El jefe de policía de Nashville, John Drake, dijo a los periodistas hoy martes que “estaba bajo atención médica por un trastorno emocional”, pero no reveló más detalles sobre la naturaleza del trastorno. Hale fue ultimada por la policía en la escuela.
“La policía no sabía nada sobre el tratamiento que estaba recibiendo. Pero sus padres sintieron que no debería tener armas”, dijo Drake.
La policía la describió inicialmente como un adolescente y luego como una mujer blanca de 28 años. Más tarde se reveló que Hale era transgénero, aunque la policía se refirió al tirador por el género asignado al nacer.
La policía también reveló que Hale había comprado siete armas de fuego en cinco tiendas de armas de la localidad, todas de manera legal.
Le escribió a una amiga: “Este es mi último adiós. Te amo. Nos vemos de nuevo en la otra vida“. La amiga respondió: “¡Audrey! Tienes mucha más vida por vivir. Ruego a Dios que los guarde y los cubra“. Hale respondió: “Lo sé, pero no quiero vivir. Lo siento mucho. No estoy tratando de molestarte o de llamar tu atención. Solo necesito morir. Quería decírtelo primero porque eres la persona más hermosa que he visto y conocido en toda mi vida“.
Y continuó: “Mi familia no sabe lo que estoy a punto de hacer. Un día esto tendrá más sentido. He dejado pruebas más que suficientes. Pero algo malo está por suceder“.
Sus padres le dijeron a la policía que sabían que había comprado y vendido un arma, pero aparentemente no conocían que había estado escondiendo armas adicionales en la casa.
Sus motivos para asesinar aún no están claros, pero las autoridades aseguran haber encontrado lo que Drake llamó “un poco de escritura“, así como un mapa de la escuela. Según informes, Hale había sido estudiante de esa misma escuela, lo que indica un ensayo en preparación para el ataque.
Hale mató a tres niños de nueve años: Evelyn Dieckhaus, Hallie Scruggs y William Kinney, y a tres adultos: Cynthia Peak, de 61 años, Katherine Koonce, de 60 y Mike Hill, de 61.
