El sur de Florida está sufriendo una paulatina erosión de trabajadores indocumentados, un pilar de la economía agrícola, de la construcción, la limpieza de casas y calles, restaurantes y manutención. Trabajos que históricamente dependen de ellos.
El problema se ha agravado durante las últimas semanas con la emigración de estas personas hacia otros estados en busca de mejores oportunidades y escenarios. Todo esto porque recientemente el gobernador y ahora candidato a la nominación presidencial republicana, Ron DeSantis promulgó una ley cuya característica más preocupante para muchas entidades patronales es que las obliga, a partir del 1 de julio, a confirmar con el sistema federal de verificación de empleo (E-Verify) si los trabajadores que pretenden contratar tienen el permiso apropiado.
Además, la ley fortalece los requisitos de empleo, prohíbe que los gobiernos locales aporten dinero a organizaciones que crean tarjetas de identificación para emigrantes indocumentados, cancela el uso en Florida de licencias de conducir emitidas a emigrantes sin estatus legal en otros estados; tipifica el delito de tráfico de personas cuando se trata de un menor o más de cinco personas y cuando el acusado tiene una condena previa por tráfico humano. Los hospitales deberán recopilar la información sobre el estatus migratorio de los pacientes De no hacerlo, podrían enfrentar sanciones.
Florida: Advierten impactos negativos de ley contra inmigrantes indocumentados
La verificación electrónica es mandatoria para las empresas con más de 25 empleados. La ley también amplía las sanciones para los empleadores que no cumplan con el E-Verify, estas incluyen la posible suspensión/ revocación de las licencias para funcionar. Las nuevas regulaciones contienen sanciones específicas a los empleadores que, a sabiendas, empleen a emigrantes sin documentos.
Los empleadores que no cumplan con ese requisito serán sujetos a auditorías y enfrentarán multas de 1 000 dólares diarios si se determina que han violado la ley.
El éxodo se debe también a que muchos empleadores le están diciendo a sus trabajadores que no se aparezcan a trabajar.
“Me dijeron que no fuera a trabajar. Que no podían arriesgarse”, comentó Mario al rotativo Diario Las Américas, un trabajador del cultivo de fresas en la zona de Homestead, al sur de Miami. “No nos pagaban mucho, cinco dólares la hora, pero no puedo pedir más porque no tengo papeles”, señaló el inmigrante guatemalteco de 25 años que cruzó la frontera sur en febrero de 2020.