El presidente Donald Trump recibió el sábado al pastor estadounidense Andrew Brunson en la Oficina Oval y celebró que Turquía lo dejara en libertad tras un encarcelamiento de dos años que causó una disputa diplomática con un aliado importante e indignación entre grupos evangélicos en Estados Unidos.
Con una rodilla en el suelo y una mano en el hombro de Trump, Brunson oró pidiendo a Dios que ilumine al presidente con “sabiduría sobrenatural para que logre todos los planes que tiene para él y este país”.
Tras regresar a Estados Unidos en un avión militar poco antes de la reunión con el mandatario, Bronson parecía gozar de buen ánimo y salud. Estuvo encarcelado desde su detención en octubre de 2016 y su arresto formal en diciembre de ese año. El pasado 25 de julio quedó bajo arresto domiciliario por motivos de salud.
“Desde una prisión en Turquía hasta la Casa Blanca en 24 horas, no estuvo mal”, declaró Trump.
El pastor también agradeció al presidente por trabajar para garantizar su libertad y después encabezó una oración con su familia dedicada a él.
WELCOME HOME PASTOR ANDREW BRUNSON! pic.twitter.com/HijeAGU1gy
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) October 13, 2018
Funcionarios del gobierno describieron la excarcelación de Brunson como una confirmación de la enérgica postura negociadora de Trump y señalaron que Turquía intentó condicionar la libertad del pastor, pero el mandatario insistió en que no fuera así. Trump sostuvo que no negociaría la libertad de Brunson, aun cuando enfrentaba la perspectiva de poner en peligro una mejora de las relaciones entre Estados Unidos y su aliado de la OTAN.
“No pagamos rescates en este país”, declaró Trump.
En contraste con los gobiernos estadounidenses previos que mantenían antes en secreto las negociaciones sobre prisioneros estadounidenses con el exterior, Trump las considera casos célebres y ha adoptado una línea severa con aliados y enemigos por igual.
Brunson, de 50 años y que llevaba más de dos décadas viviendo en Turquía, mantuvo firmemente su inocencia. Era uno de los miles de detenidos en una ofensiva gubernamental a gran escala luego del fallido golpe de Estado de julio de 2016.
Trump expresó su agradecimiento al presidente de Turquía, Recept Tayyip Erdogan, que había rechazado las solicitudes del mandatario y otros altos funcionarios de Estados Unidos para la excarcelación de Brunson.
Estados Unidos había reiterado su llamado a favor de la libertad de Brunson y, este año impuso sanciones a dos funcionarios turcos y duplicó los aranceles a las importaciones de acero y aluminio debido –afirmó– a la situación del pastor.
La fiscalía turca acusaba a Brunson de cometer delitos en nombre de grupos terroristas y lo vinculó con ilegalizados insurgentes curdos que por décadas han combatido con las fuerzas del gobierno de Turquía. La fiscalía también lo ligaba a una red liderada por un clérigo turco asentado en Estados Unidos que está acusado de orquestar el fracasado alzamiento.
De haber sido hallado culpable de todos los cargos, habría recibido una pena de hasta 35 años de prisión.
El pastor, originario de Black Mountain, Carolina del Norte, encabezaba una pequeña congregación en la Iglesia de la Resurrección Izmir.