El apoyo a Trump y a Ucrania separó a los candidatos republicanos en el primer debate para las primarias ayer miércoles por la noche. Pero también se abordaron temas como el cambio climático, la criminalidad, la economía estadounidense y el aborto.
Pero ninguno levantó tanto el ánimo como el apoyo de Estados Unidos a Ucrania y el de los republicanos a Donald Trump, sobre todo si es declarado culpable de cualquiera de los casos criminales que hoy encara. Entre las voces más discrepantes se encontraban la de la la exembajadora de Estados Unidos ante la ONU, Nikki Haley, la única mujer en la disputa, y el empresario indio-estadounidense Vivek Ramaswamy.
Ramaswamy, quien prometió perdonar a Trump si llegara a la Casa Blanca, aseguró que no enviaría más apoyo a Ucrania afirmando que los intereses estadounidenses deberían tener prioridad.
“Me parece desastroso que nos estemos protegiendo contra una invasión a través de la frontera de otra persona, cuando deberíamos estar usando esos mismos recursos militares para evitar una invasión de nuestra propia frontera sur aquí en Estados Unidos”, dijo.
Por su parte, Haley afirmó que solo una cantidad relativamente pequeña del presupuesto militar estadounidense se destina a Ucrania, y que dejar que Rusia gane la guerra sería una victoria para China, que “devorará a Taiwán”.
Asimismo, argumentó que defender a Ucrania es un esfuerzo por evitar una nueva guerra mundial, calificó al presidente ruso Vladimir Putin de “asesino” y lo culpó por la muerte de Yevgeni Prigozhin, el líder del grupo mercenario ruso Wagner.
Alzando la voz, la candidata declaró que Ramaswamy haría que Estados Unidos fuera menos seguro de ser elegido y subrayó que “no tiene experiencia en política exterior ,y eso se nota”.
Por su parte, el exgobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, y el exvicepresidente Mike Pence, los dos únicos candidatos que han visitado Ucrania, pidieron continuar apoyando a Kiev.
Fue necesaria una hora para que las cuestiones legales de Donald Trump salieran a discusión, y los moderadores del debate, patrocinado por la cadena Fox, preguntaron si los ocho participantes seguirían apoyando al magnate neoyorkino como candidato presidencial en caso de ser condenado.
Una vez más, los aspirantes discreparon. Christie, el más crítico de Trump, y el exgobernador de Arkansas, Asa Hutchinson, fueron los únicos que se negaron a apoyarlo en ese escenario.
En uno de los momentos más tensos del debate, Christie fue fuertemente abucheado por decir que Trump violaba la Constitución de Estados Unidos. “Su conducta está por debajo de la oficina del Presidente de los Estados Unidos”, dijo.
Defendió a Pence por negarse a ceder ante las presiones de Trump para revertir su derrota electoral en 2020, postura también defendida por Haley y el senador de Carolina del Sur Tim Scott.
El gobernador de Florida, Ron DeSantis, considerado durante mucho tiempo el principal rival de Trump dentro del partido, se negó a responder preguntas sobre el ataque al Capitolio y a ponerse claramente del lado de Pence.
Ramaswamy, que durante todo el debate alardeó de ser el único candidato “apolítico”, reforzó su posición de férreo partidario de Trump, al que catalogó como “el mejor presidente“ del país.
Hutchinson advirtió que el Partido Republicano enfrenta un “grave problema” con respecto a las acciones de Trump y sugirió que podría ser descalificado para postularse a las elecciones presidenciales de 2024.
Ante la división provocada por cuestiones como Ucrania y Trump, la polémica sobre el aborto acabó reuniendo el consenso de los ocho candidatos, que se posicionaron firmemente como pro vida. Sin embargo, discreparon sobre la prohibición del aborto a nivel federal.
Trump no se presentó y boicoteó el debate al considerar inútil someterse a los ataques de sus oponentes cuando lidera las encuestas del partido, según dijo en un entrevista publicada al mismo tiempo en su página de X, la red social hasta poco conocida como Twitter.
Ante su ausencia del escenario, se esperaba que el gobernador DeSantis ganara protagonismo y que se convirtiera en el blanco de ataques, pero no sucedió. Quedó el en segundo lugar en la mayoría de los temas, ya que no fue muy activo. El gobernador no aportó ideas nuevas y se limitó a defender sus acciones políticas en Florida.
Fue, a no dudarlo, un evento que no cubrió las expectativas y que evidenció que un sector de la clase política se encuentra profundamente divdido ante problemas clave de Estados Unidos y el mundo.