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Estados Unidos interceptó y confiscó este sábado la carga de un buque petrolero sancionado por Washington en aguas internacionales, frente a las costas de Venezuela, informó este sábado El País, en base a un reporte de la agencia Reuters citado por varios medios estadounidenses.
La operación, que estuvo a cargo de la Guardia Costera de EEUU, es la segunda de ese tipo en menos de dos semanas, luego de que el 10 de diciembre fuerzas estadounidenses se apoderaran del petrolero Skipper, también sancionado y que transportaba cerca de 1,9 millones de barriles de crudo, mientras navegaba con bandera guyanesa.
El nuevo decomiso se produce días después de que el presidente Donald Trump anunciara un “bloqueo total y completo” a los petroleros sancionados que entren o salgan de Venezuela. La medida despeja las pocas dudas sobre el papel del petróleo en la estrategia estadounidense contra el Gobierno de Nicolás Maduro, más allá de la retórica centrada en el combate al narcotráfico.
Hasta ahora, las autoridades no han precisado el nombre del buque ni el punto exacto de la operación, pero el suceso se suma a una creciente presión de Washington sobre el comercio energético venezolano.
Desde que en 2019 Estados Unidos impuso sanciones petroleras sobre Venezuela, el país ha recurrido a una red de embarcaciones conocida como “flota fantasma”, similar a las empleadas por Rusia e Irán para eludir las restricciones, según analistas citados por El País. Estas embarcaciones suelen operar con banderas falsas y sistemas de navegación apagados para evitar la detección, en un contexto de comercio paralelo que ha permitido a Caracas seguir exportando crudo pese al embargo.
A pesar de las amenazas de bloqueo total, varios petroleros han zarpado en los últimos días de puertos venezolanos, algunos escoltados por unidades militares, aunque las exportaciones han caído notablemente desde la incautación del Skipper, lo que ha contribuido al alza de los precios del crudo y al desvío de rutas previstas, añade el diario español.
El Gobierno de Nicolás Maduro ha afirmado que mantendrá los compromisos de envío de crudo, especialmente hacia China, su principal cliente, con un volumen estimado en unos 700 mil barriles diarios. No obstante, las tensiones con Washington y las incautaciones recientes complican un comercio que sigue siendo vital para la economía venezolana.
Washington, por su parte, ha defendido las sanciones como parte de su presión contra el chavismo, responsabilizando al Gobierno venezolano por la expropiación de activos de empresas estadounidenses en décadas pasadas. Caracas ha denunciado que el despliegue militar estadounidense y las confiscaciones forman parte de una estrategia para asfixiar la economía venezolana y controlar sus recursos energéticos.











