Bielorrusia advirtió este sábado a las naciones occidentales que se abstengan de imponer sanciones al país a causa de las disputadas elecciones presidenciales y la represión a los manifestantes, y señaló que sus expresiones de preocupación “sólo son intentos para causar caos y anarquía en nuestro país”.
Como la Unión Europea y Gran Bretaña consideran sanciones, el ministro bielorruso del exterior, Vladimir Makei, dijo ante una sesión virtual de líderes mundiales en la Asamblea General de la ONU que la “intromisión en nuestros asuntos internos, las sanciones y otras restricciones contra Bielorrusia tendrán el efecto contrario y son perjudiciales absolutamente para todos”.
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“Hacemos un llamado a nuestros socios a que muestren sensatez, moderación e imparcialidad”, afirmó Makei en un discurso pregrabado para la sesión de la ONU efectuada en línea debido a la pandemia de coronavirus.
El discurso de Makei fue difundido horas después de la última protesta de lo que ha sido una cadena de multitudinarias manifestaciones en Bielorrusia contra la reelección del 9 de agosto del presidente Alexander Lukashenko, que según sus oponentes fue fraudulenta. El gobernante autoritario aumentó la ira de sus contrarios esta semana al juramentar para su nuevo periodo durante una ceremonia imprevista y secreta.
Las protestas son a la fecha las mayores y más persistentes en Bielorrusia desde que se independizara de la antigua Unión Soviética, en 1991.
Las declaraciones de Makei ante la comunidad internacional que incluyeron haber señalado que “el pueblo hizo su elección” durante los comicios, podría atizar nuevas protestas para el domingo.
Las protestas son típicamente mayores los domingos y a veces atraen a multitudes de hasta 200 000 personas.
En los primeros tres días de manifestaciones en agosto, la policía utilizó gas lacrimógeno, porras y balas de goma para dispersar a las multitudes. Varios manifestantes perdieron la vida, muchos resultaron heridos y unos 6000 fueron detenidos.
En medio de la indignación internacional por la represión, las autoridades bielorrusas dirigieron sus acciones hacia los principales activistas. Muchos miembros del Consejo de Coordinación, un grupo que integró la oposición para apremiar una transición de poder, fueron arrestados u obligados a irse del país.
AP/OnCuba