Manifestantes del movimiento de los chalecos amarillos incendiaron neumáticos, saquearon tiendas de lujo y se enfrentaron el sábado a la policía en la 18va semana consecutiva de protestas en contra del presidente Emmanuel Macron. Grandes columnas de humo se levantaron sobre la representativa avenida de los Campos Elíseos de París, y una madre y su hijo apenas fueron salvados de un edificio en llamas.
El resurgimiento de la violencia se produjo mientras los manifestantes tratan de inyectarle nueva vida a un movimiento que parecía haber disminuido, y para captar la atención de los dirigentes franceses y de los medios, a quienes consideran que minimizan su causa económica y favorecen a la élite.
La policía de París pareció haber sido tomada de sorpresa por la rapidez y gravedad de los disturbios. Las autoridades trataron de contener a los manifestantes con varias descargas de gas lacrimógeno y cañones de agua, pero con poco éxito.
Los adoquines salieron volando y las columnas de humo de los incendios provocados por los manifestantes se mezclaron con las nubes de gas lacrimógeno disparado por la policía, mientras las tensiones continuaron durante horas a lo largo de los Campos Elíseos.
Los manifestantes incendiaron un banco ubicado en la planta baja de un edificio residencial de siete pisos. A medida que los camiones de bomberos se apresuraban a llegar, una madre y su hijo fueron rescatados mientras el incendio amenazaba con envolver en llamas su piso, comentó el servicio de bomberos de París a The Associated Press.
Once personas del edificio, incluidos dos bomberos, tenían heridas menores, y otros residentes fueron evacuados.
Los organizadores de las protestas esperaban causar revuelo el sábado, día que conmemora los cuatro meses del movimiento de los chalecos amarillos, que comenzó el 17 de noviembre. También representa el fin de un debate a nivel nacional de dos meses que organizó Macron para responder a las inquietudes de los manifestantes sobre la decadencia del nivel de vida, los salarios estancados y la elevada tasa de desempleo.
La violencia comenzó pocos minutos después de que los manifestantes se reunieron el sábado, cuando arrojaron bombas de humo y otros objetos a los elementos de la policía ubicados a lo largo de la famosa avenida parisina –que ha sido escenario de disturbios previos– y comenzaron a golpear las ventanas de una vagoneta de la policía, provocando un enfrentamiento con las autoridades para replegarlos.
Dos quioscos de periódicos fueron incendiados, lanzando columnas de humo negro. Varios manifestantes posaron para una fotografía frente al quiosco quemado.
Los manifestantes también arremetieron contra símbolos de la industria de lujos, por lo que se causaron daños a establecimientos de marcas como Hugo Boss y Lacoste, arrojando maniquíes por las ventanas. Una cafetería de lujo de nombre Fouquet’s, a la que se relaciona con políticos y celebridades, fue saqueada e incendiada. Un vehículo ardió en llamas fuera de la boutique de lujo Kenzo, uno de tantos incendios en las inmediaciones de Campos Elíseos.