Estados Unidos envió al portaviones USS Harry S. Truman a participar en un ejercicio naval de la OTAN en el Mediterráneo en medio de las tensiones entre Occidente y Rusia, anunció este viernes el principal portavoz del Pentágono.
Los ejercicios Neptune Strike 22, que empezarán el lunes y se extenderán hasta el 4 de febrero, “demostrarán la capacidad de la OTAN para integrar las capacidades de ataque marítimo de alto nivel de un grupo de ataque de portaaviones para apoyar la disuasión y defensa de la alianza”, dijo a los periodistas John Kirby, el secretario de Prensa del Departamento de Defensa.
Agregó que el grupo de ataque “participará en maniobras marítimas coordinadas, entrenamiento de guerra antisubmarina y entrenamiento de ataque de largo alcance”.
Kirby insistió en que esas maniobras habían sido “planificadas desde hace mucho tiempo”, desde 2020, pero no figuran en el sitio web de la OTAN entre las programadas para este año.
Poco después del anuncio el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, se sumó a las especulaciones sobre el momento de la maniobra cuando tuiteó que “la OTAN siempre hará lo que sea necesario para proteger y defender a todos los aliados”.
Agregó que la participación del buque estadounidense en Neptune Strike 22 muestra “una fuerte señal de unidad transatlántica”.
Durante los últimos días la fuerzas de la OTAN se han trasladado a áreas cercanas a Ucrania. Rusia se ha negado a retirar los aproximadamente 100 000 efectivos desplegados cerca de su frontera ese país.
Esos movimientos se producen en medio de advertencias de Occidente de que Moscú pronto podría invadir Ucrania. España ha enviado buques de guerra al Mediterráneo y al Mar Negro y está considerando mandar aviones de combate a Bulgaria, mientras Dinamarca está enviando una fragata al Mar Báltico y Francia se ha ofrecido a enviar tropas a Rumanía.
El secretario de Estado, Antony Blinken, quien se reunió este viernes en Ginebra con el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergey Lavrov, dijo que quiere usar la diplomacia para controlar la situación. Sin embargo, si eso resulta imposible y Rusia decide emprender una agresión contra Ucrania, se encontrará con “una respuesta unida, rápida y severa”, dijo.
Cuando se le preguntó si el alcance o la ubicación de los ejercicios Neptune Strike 22 se habían alterado de alguna manera debido a la tensión en torno a Ucrania, Kirby dirigió las preguntas a la OTAN. “Si este escenario ha cambiado con el tiempo, no tengo ese nivel de detalle, pero les diría… el ejercicio en sí no está diseñado contra los tipos de escenarios que podrían ocurrir con respecto a Ucrania”, dijo.