Un fragmentado Congreso de los Diputados de España se reunió por primera vez el martes tras las inconclusas elecciones generales de abril. Por primera vez, acudieron políticos catalanes que salieron de prisión preventiva para la ocasión, además de dos docenas de legisladores de un partido de extrema derecha que se estrena en la cámara.
El líder socialista, Pedro Sánchez, ganó los comicios generales pero no sacó una mayoría suficiente para gobernar en solitario. Las negociaciones sobre posibles coaliciones quedaron demoradas hasta las elecciones europeas que, en España, se celebrarán el domingo, coincidiendo con las municipales y algunas autonómicas.
Escoltados por la policía, los cuatro separatistas que están siendo juzgados por el intento de independencia de Cataluña en 2017, incluyendo el exvicepresidente del gobierno regional Oriol Junqueras, acudieron a la sesión del Congreso. El exministro catalán para relaciones internacionales, Raül Romeva, acudió al Senado desde el penal en el que están internados a unos 40 kilómetros de Madrid.
El Tribunal Supremo les permitió asistir a la sesión de constitución de ambas cámaras en Madrid, pero está previsto que las mesas de gobierno de Congreso y Senado, que serán elegidas más tarde en el día, les impidan asistir a más sesiones.
Vestidos con trajes oscuros e intercambiando saludos y abrazos con otros diputados, Junqueras y los otros tres legisladores se sentaron en la cámara baja entre representantes de formaciones rivales, como dos del partido de ultraderecha Vox que fungen como fiscales en su juicio por rebelión, entre otros cargos, que podría acarrearles penas de décadas de prisión.
Vox es el primer partido que defiende abiertamente el nacionalismo español en el Congreso desde la muerte del dictador Francisco Franco en 1975. Quiere emplear sus 24 escaños, de los 350 que tiene la cámara, para proponer reformas legales sobre el aborto, la violencia contra la mujer y la inmigración.
La irrupción de Vox en el panorama político nacional en las elecciones de finales de abril, dividió el voto de la derecha en tres grupos que no lograron la mayoría de 176 diputados. Desde los comicios, la competencia para liderar a la oposición se intensificó entre el en su día dominante conservador Partido Popular, y la formación de centroderecha Ciudadanos.
El Partido Socialista fue el más votado, con 123 escaños, pero con Ciudadanos descartando cualquier pacto para respaldar un gobierno socialista, los esfuerzos de Sánchez para formar gobierno se centran en la formación antiausteridad Unidas Podemos, que tiene 42 representantes, y en algunos grupos menores.
Esos votos fueron clave el martes para la elección de legisladores socialistas de Cataluña como presidentes de ambas cámaras: Meritxell Batet en el Congreso de los Diputados y Manuel Cruz en el Senado.
Sánchez dijo que ambos fueron propuestos porque son “leales al Estado” y porque han mostrado “una vocación inquebrantable de diálogo”.
“Son catalanes al servicio de España y son españoles al servicio de Cataluña”, apuntó acerca de los legisladores socialistas.
La primera tarea de los presidentes de las cámaras será reunir a las mesas de gobierno de ambos organismos para decidir si suspender a los legisladores separatistas electos porque están encarcelados a la espera de juicio.
La inusual sesión del martes tuvo algunos momentos anecdóticos que hicieron las delicias de los reporteros. Los diputados de Vox, que fueron de los primeros en entrar a la cámara, ocuparon los asientos que suelen ocupar los socialistas, y su líder, Santiago Abascal quedó situado justo detrás de Sánchez y de otros miembros de su gobierno en funciones.
Sánchez saludó a Abascal con un apretón de manos. El líder socialista también dio la mano a Junqueras, quien se ha convertido en un símbolo para los proindependentistas en Cataluña, una región del noreste del país.
Dos legisladores socialistas acapararon la conversación en redes sociales al posar junto a Abascal vestidos con camisetas con un símbolo antihomofobia. El icono, que es un fantasma vestido con la bandera arco iris y apodado “gaysper”, se hizo popular luego de que Vox lo usó en las elecciones generales para atacar a los defensores de los derechos de los homosexuales en un tuit que se hizo viral.
El Congreso contará además con el mayor número de diputadas de la historia, 166 de 350.