El primer ministro de España y el líder de Cataluña se reunieron ayer para reiniciar las negociaciones con la esperanza de encontrar una solución a la actual crisis política causada por el movimiento separatista.
El primer ministro Pedro Sánchez dijo que la reunión de dos horas con el presidente regional, Pere Aragonés, era importante para seguir mejorando las relaciones entre sus gobiernos, pero que no habría una solución rápida del problema. “Nuestras posiciones son muy diferentes, es importante subrayarlo. Tendremos que hablar mucho, escucharnos unos a otros y esforzarnos por reunir posiciones donde podamos. No vamos a resolver una crisis de una década en un día”, dijo Sánchez. “Pero estamos de acuerdo en que estas negociaciones son el mejor camino a seguir”.
Aragonés reiteró sus demandas de que España autorice un referéndum sobre la independencia y conceda una amnistía general a todos los separatistas con problemas con la ley. Sánchez insistió en encontrar formas de mejorar el bienestar económico y social de los catalanes. “Es hora de generar confianza”, dijo Aragonés. “Ambos gobiernos demostraron hoy la voluntad de avanzar en la resolución de este conflicto”.
Las expectativas eran bajas por los grandes avances de la reunión que han causado una ruptura dentro del campo separatista. Aragonés y su partido Izquierda Republicana de Cataluña califican las conversaciones como una “oportunidad histórica”. Pero los líderes del partido juvenil en el gobierno de Aragonés no asistieron a la reunión y han expresado sus dudas sobre sus posibilidades de éxito. El influyente grupo de base Asamblea Nacional Catalana dijo que las conversaciones solo servirán para descarrilar su causa.
Las conversaciones llegan con 7,5 millones de catalanes atrincherados en dos bandos aproximadamente iguales. Las encuestas y los resultados electorales de los últimos cinco años muestran que la mitad de Cataluña quiere permanecer en España, mientras la otra mitad quiere romper todos los lazos.
Sánchez heredó la crisis política cuando asumió el cargo en 2018, menos de un año después de que los líderes del gobierno de Cataluña y los grupos de base separatistas fracasaran en un intento de ruptura unilateral que violó la Constitución española. En un movimiento audaz para reducir las tensiones, el líder socialista tomó la decisión en junio de indultar a los nueve instigadores encarcelados del intento de secesión de 2017.
Tanto los indultos como las conversaciones han sido duramente criticados por los partidos de derecha españoles. Después de años de escaso diálogo entre los líderes de Cataluña y los gobernantes de España, Sánchez se reunió con el predecesor de Aragonés, Quim Torra, en febrero de 2020 en Madrid. El resultado de esa reunión fue acordar celebrar reuniones una vez al mes. Pero quedaron en suspenso por la pandemia, que afectó a España pocas semanas después.
Associated Press/OnCuba.