España inició la semana con el retorno de los confinamientos en dos comarcas que suman cerca de 300.000 habitantes en las regiones de Cataluña y Galicia (nordeste y noroeste), debido a rebrotes de coronavirus, mientras los expertos confirman que la población española no tiene inmunidad de grupo frente a la pandemia.
Desde este lunes, 70.000 personas no pueden entrar ni salir de la comarca costera gallega de Mariña (provincia de Lugo, Galicia), salvo por causa justificada, y otras 210.000 se encuentran en la misma situación en la ciudad catalana de Lérida y su comarca para contener la transmisión del virus.
Se trata de los dos rebrotes más serios de los numerosos que han ocurrido en distintos puntos de España. Además, otras cuatro comarcas de la región de Aragón (nordeste) continúan en la fase 2 de la salida del confinamiento.
El confinamiento de Galicia será de cinco días, aunque podría prolongarse si la situación no mejora. El número de casos activos subió de 99 a 119 entre domingo y lunes.
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Elecciones regionales a pesar de rebrotes
Esta región celebrará elecciones regionales el próximo domingo, día 12, por lo que los comicios tendrían lugar con normalidad en la zona si el confinamiento se limita a esos cinco días.
El presidente del Gobierno regional gallego y aspirante a la reelección, Alberto Núñez Feijoo, del conservador Partido Popular (PP), insistió en que a pesar del rebrote ir a votar el domingo será “tan seguro como ir a una farmacia”.
Otra región española, el País Vasco, también el norte, celebrará asimismo elecciones el próximo domingo. Las autoridades sanitarias regionales están luchando para contener un pequeño brote en la localidad de Ordizia, que hasta ahora ha afectado a siete personas.
El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, insistió hoy en la importancia de que cuando se inician los síntomas hay que “aislarse”, ya que de lo contrario el brote no se puede controlar y hay que adoptar “medidas drásticas” como “confinamientos, cierres cautelares y medidas de restricción que no son del interés de nadie”.
En total, el Ministerio de Sanidad español notificó este lunes 1.244 contagios por coronavirus más desde el viernes, y de ellos, 78 en las últimas 24 horas, lo que eleva el total de positivos a 251.789. El total de fallecimientos es de 28.388, uno más que los notificados el pasado viernes, último día que se facilitaron datos oficiales.
España, sin inmunidad de grupo
Las autoridades sanitarias españolas confirmaron también este lunes que la población del país no tiene inmunidad de grupo frente a la pandemia, al divulgar los resultados de la tercera y última fase del estudio de seroprevalencia realizado por el Ministerio de Sanidad. Solo un 5,2 % de los españoles se contagió del coronavirus, según ese estudio, cifra similar a la de las dos fases anteriores.
Todos los datos apuntan a que “estamos muy lejos de alcanzar la inmunidad de rebaño” y a que sería “muy poco ético” exponer a la población al virus para conseguirla, afirmó en rueda de prensa la directora del Centro Nacional de Epidemiología, Marina Pollán.
El informe se realizó desde el 27 de abril pasado entre unas 90.000 personas de más de 36.000 hogares repartidos por todo el país. Un aspecto inquietante de esta tercera oleada del estudio es que entre la primera y segunda ronda de la investigación, un 7 % de los participantes dejaron de tener anticuerpos detectables de COVID-19, porcentaje que subió al 14 % entre la segunda y la tercera.
A pesar de ello, Pollán señaló que no poder detectar anticuerpos no significa que esas personas no estén inmunológicamente protegidas. Explicó que esta “pérdida” de los anticuerpos fue más frecuente en personas que no habían tenido ningún síntoma (11 %) entre las rondas 1 y 2, y mucho menor en los participantes con una prueba positiva por PCR positiva (0,5 %) o en quienes describieron pérdida súbita del olfato o del gusto (2,6 %).
Por otra parte, varios obispos católicos, encabezados por el cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, celebraban este lunes un funeral en la capital por todas las víctimas de la pandemia en el país; un servicio religioso al que estaba prevista la asistencia de los reyes de España y sus hijas, las infantas, entre otras autoridades y representantes de varias confesiones.