La jueza María Servini de Cubría ha estado investigando desde 2010 los abusos contra los derechos humanos durante la dictadura española, cuando un grupo de sobrevivientes le solicitó iniciar una causa bajo el principio de la jurisdicción universal, que permite que los delitos contra los derechos humanos cometidos en un país sean investigados y juzgados en otro. La ley de amnistía aprobada en 1977 en España, cuando esta regresó a la democracia, otorgó impunidad a los involucrados.
Ahora, la misma jueza examinará los casos de agresión sexual, asesinato, aborto forzado y robo de niños en la España de Francisco Franco. La guerra civil, y luego la dictadura franquista, se extendieron entre 1939 y 1975.
Servini comenzará las nuevas investigaciones después de una petición legal de dos años presentada por la ONG de derechos humanos Women’s Link Worldwide, que actúa en representación de seis mujeres víctimas de abusos contra los derechos humanos durante el franquismo.
“La principal demanda en Argentina ya está analizando algunas de las cosas que pasaron las mujeres, pero esta es la primera demanda por la violencia específica que sufrieron las mujeres bajo el régimen de Franco”, declaró Aintzane Márquez, abogada de Women’s Link.
Se cree que unos 300,000 bebés fueron robados a sus madres en una práctica ilegal que comenzó poco después de que Franco ganara la guerra civil y continuó mucho después de su muerte en 1975.
La nueva denuncia también detalla casos de violación, violencia sexual, tortura, asesinatos y además el afeitado de las cabezas de mujeres o la alimentación forzada de aceite de ricino para que perdieran el control de sus intestinos y sufrieran humillación pública.
“Nos contaron las historias y tomamos medidas para que las personas sepan que las mujeres sufrieron un tipo especial de violencia bajo Franco simplemente por ser mujeres”, dijo Márquez. “Si las personas no conocen la violencia que sufrieron las mujeres, no conocen toda la historia”.
Márquez además afirmó que si bien el proceso legal podría no terminar en una condena, servirían para asegurar que las voces de las víctimas se escucharan en el tribunal por fin.
La activista, política y escritora Lidia Falcón, ahora de 82 años, fue arrestada siete veces bajo el mando de Franco. Después de que estallara una bomba de Eta en Madrid el 13 de septiembre de 1974, fue llevada a la Dirección General de Seguridad de la capital y recluida durante nueve días. Le ataron las manos, la colgaron de un gancho en el techo y la golpearon. “Tuve una pequeña infección en el hígado y fui lo suficientemente ingenua como para decirle al médico al respecto”, dijo Falcón. “Es por eso que los primeros golpes fueron a mi hígado. Entonces empezaron a golpear mi abdomen y mi vientre, gritando: “¡Ya no vas a dar a luz, puta!”.
Al final, Falcón pasó nueve meses en prisión. Duda que se haga justicia, pero después de mantener su historia “anestesiada durante 40 años”, ha decidido hablar.
“Algunos de mis colegas, que son bastante viejos, se han sentido muy aliviados de poder contar sus historias por fin y de poder hablar sobre sus esposos e hijos asesinados o sobre su propio encarcelamiento”, reconoció Falcon al diario The Guardian, que difundió como primicia esta noticia.