El Parlamento británico propinó el martes una aplastante derrota al plan de la primera ministra Theresa May para que Gran Bretaña se separe de la Unión Europea, dejando en el caos el proceso de divorcio cuando faltan 17 días para la fecha en que debe concretarse.
Los legisladores rechazaron el acuerdo con una votación de 391-242, ignorando las súplicas de May para que lo respaldaran y poner fin a la incertidumbre económica que ha desatado el Brexit.
La votación fue más estrecha que los 230 votos de rechazo que recibió el plan en enero, antes de que May consiguiera cambios por parte de la UE.
Mientras los líderes europeos ya advirtieron que no habrá más cambios o negociaciones en el acuerdo del Brexit –y cuando faltan menos de dos semanas para que Gran Bretaña se separe de la UE, el 29 de marzo– los legisladores británicos enfrentan ahora una cruda opción: abandonar el bloque comunitario sin un acuerdo que suavice el camino o retrasar la fecha de salida.
Antes de la votación y con la voz desgastada por varios días de esfuerzos diplomáticos frenéticos para asegurar cambios de último minuto al pacto, May dijo a la Cámara de los Comunes que este era “el momento de estar unidos, respaldar esta moción y sacar adelante el acuerdo”.
“Si este acuerdo no se aprueba, podría perderse el Brexit”, dijo la primera ministra.
Sin embargo, los partidarios prominentes de la salida británica de la UE, cuyo apoyo necesita May, no estaban convencidos. Los simpatizantes del Brexit en el Partido Conservador de May y aliados de ella en el Partido Unionista Demócrata de Irlanda del Norte ya dijeron que no apoyarían el acuerdo, rechazado drásticamente en el Parlamento en enero.
El Partido Unionista, que complementa el gobierno de minoría de May, dijo que “no se ha logrado suficiente avance” en el delicado tema de la frontera irlandesa.
El Grupo Europeo de Investigación –conservadores que apoyan al Brexit y que tiene entre sus filas a decenas de legisladores– dijo que las enmiendas “no aportan cambios legalmente vinculantes” al acuerdo de retiro como prometió el gobierno.
“A la luz de nuestro análisis legal y de otros, no recomendamos hoy aceptar la moción del gobierno”, dijo Bill Cash, integrante del grupo.
May voló a Estrasburgo, Francia, el lunes en la noche para reunirse con el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker. En una conferencia de prensa, anunciaron cambios diseñados para aliviar los temores de los diputados británicos sobre la salvaguarda pensada para asegurar que la frontera entre el territorio británico de Irlanda del Norte y la República de Irlanda, socio de la UE, siga abierta tras el Brexit.
Dicha salvaguarda mantendría al Reino Unido dentro de la unión aduanera de la UE hasta que entren en vigor nuevas relaciones comerciales permanentes. Los que apoyan el Brexit en Gran Bretaña temen que la salvaguarda pueda ser utilizada para atar indefinidamente al país a las regulaciones comunitarias.
May dijo que los documentos que se agregarán al acuerdo proveerán garantías “legales vinculantes” para que la salvaguarda sea temporal y que Gran Bretaña pueda tener una forma de salirse de ella si la UE no negocia de buena fe. Sin embargo, el acuerdo de retiro de 585 páginas sigue sin cambios.
La primera ministra espera que los cambios sean suficientes para dar vuelta al rechazo del acuerdo que sucedió en enero.
No obstante, el fiscal general Geoffrey Cox asestó un revés a las esperanzas de May con una opinión legal en la que afirma que los cambios “reducen el riesgo” de que Londres quede atrapado en las regulaciones comunitarias por tiempo indefinido, pero no lo eliminan. En el documento de dos páginas, Cox informó que Gran Bretaña no podría retirarse del acuerdo de forma unilateral, una demanda clave de los políticos que apoyan el Brexit.
Si las negociaciones entre las dos partes quedaran estancadas por “diferencias irreconciliables”, Gran Bretaña “no tendría ningún medio legal internacional para abandonar el Protocolo, salvo por el acuerdo”, informó Cox.
En tanto, el presidente del Parlamento europeo, Antonio Tajani, dijo que la UE no hará más concesiones a May luego de que el fiscal general no alteró considerablemente su asesoramiento legal sobre el revisitado pacto.
Las cuestiones planteadas por Cox son “un problema interno de Gran Bretaña” y no harán que Bruselas reconsidere una vez más el acuerdo para el Brexit.
“Somos muy claros. Es imposible cambiar nuestra posición”, dijo Tajani tras conocer las objeciones del funcionario británico.
Antes incluso de la opinión de Cox, el líder conservador Jacob Rees-Mogg, quien apoya el Brexit, se mostró escéptico: “No estoy seguro de que los acuerdos con la UE sean un cambio importante”, manifestó.
Otros socios comunitarios dieron la bienvenida a las modificaciones pactadas durante la noche e instaron a los políticos británicos a aprovechar la ocasión para respaldar el texto y asegurar una salida ordenada.