Pedro Sánchez defendió su candidatura para “levantar un muro” frente a la amenaza de la derecha y la extrema derecha. Además defendió la ley general de amnistía como una “vía para superar la fractura, el odio y la discordia” en Cataluña.
El líder de la oposición, el conservador Alberto Núñez Feijóo, replicó que el futuro gobierno provocará más división y enfrentamiento entre los ciudadanos. Calificó de “delirio” el discurso de Sánchez.
El primer día del debate sobre su investidura estuvo marcado por la fractura social y política de España, dividida en dos grandes bloques hasta ahora irreconciliables.
Sánchez inició el debate con un discurso en el que presentó su programa de gobierno, pero se centró más en advertir las “amenazas” de la “extrema derecha” y de las ideologías que defiende “el club de Trump, Orban, Le Pen y Abascal”, en referencia al líder de Vox, Santiago Abascal, quien acusó a Sánchez de “dar un golpe de Estado” y lo comparó con Hitler.
Presidenta del Congreso español anuncia investidura de Pedro Sánchez
Acto seguido, él y toda su bancada de diputados, que suman 33 y son la tercera fuerza del Parlamento, abandonaron el lugar para sumarse a las protestas callejeras contra la investidura.
El socialista abordó el tema de la ley de amnistía, que ha provocado un cisma social y político con las fuerzas de la derecha y suscitado reacciones en contra de diversos sectores y estamentos.
Dijo que a pesar de no ser una ley que “puede no gustar a mucha gente”, es también una “vía para la fractura, el odio y la discordia”. Defendió su plena constitucionalidad. Y se presentó como un “dique de contención democrático” frente a la “agenda reaccionaria” que representan la dupla PP-Vox.
El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, le ripostó recordándole que antres los socialistas se oponían a una ley de amnistía como la que ahora pretenden aprobar. Y subrayó : “la amnistía no mejora la convivencia porque si lo fuera, la habrían aprobado hace cinco años. No la mejora, sino la aplasta, divide al país en dos, liquida el principio de igualdad y permite que cuestiones que afectan al futuro de España y a la soberanía nacional las vigilen mediadores”.
Por su parte, el líder de Vox, Abascal, dijo que se estaba perpetrando un golpe de Estado. La presidenta del Congreso, la socialista Francina Armengol, lo invitó a retirar ese calificativo o en caso contrario, ella misma lo eliminaría del diario de sesiones.
El líder de la extrema derecha respondió que “tanto es así que estamos frente a un golpe de Estado que no se respeta en derecho a la libertad de expresión de los diputados”.
Al terminar su intervención, él y todo su grupo abandonaron el hemiciclo sin esperar a la réplica de Sánchez, pero antes lanzó una advertencia: “Si las protestas contra la amnistía se tornase en una revuelta violenta, ¿con qué legitimidad se podría impedir que rodeasen este mismo parlamento?”.
La investidura culminará mañana jueves luego de la votación de los diputados. Si no hay sorpresas, aprobará a Sánchez por 179 votos a favor.