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El Movimiento de Resistencia Islámica Hamás y otros grupos palestinos reafirmaron este jueves su negativa rotunda a deponer las armas hasta “el fin de la ocupación israelí y el establecimiento de un Estado palestino soberano”, en un enérgico rechazo al acuerdo impulsado por la ONU que exige su desarme y su retiro del poder en Gaza.
La declaración conjunta irrumpe en un escenario de hambruna sin precedentes en la población de la Franja, atribuida a los cierres y la ofensiva militar israelí. Genera incertidumbre sobre el futuro de cualquier proceso de paz en la región.
“El arma de la resistencia está intrínsecamente ligada a nuestro proyecto nacional, que busca la liberación y el retorno de los refugiados, así como un Estado independiente con Jerusalén como capital”, señalaron Hamás, la Yihad Islámica y el Frente Popular para la Liberación de Palestina.
Los grupos arremetieron contra lo que catalogan como una “política sistemática de genocidio y hambruna” mientras el sufrimiento civil se intensifica.
La reacción de Hamás se produce tras la conferencia internacional de la ONU celebrada en Nueva York, donde una veintena de Estados —incluidos Francia, Reino Unido, Canadá y varios países árabes—, instaron al movimiento islamista a abandonar las armas y entregar el control de Gaza a la Autoridad Palestina.
Aunque las milicias palestinas afirmaron apreciar los esfuerzos globales, recalcaron que ninguna negociación tiene sentido mientras continúe la política de asedio y exterminio sobre la población civil.
Hamás sostiene que la solución solo comenzará con el fin inmediato de “la agresión militar y la política de hambre deliberada”.
La resistencia de las facciones palestinas en Gaza subrayan que el derecho a la vida no puede subordinarse a intereses políticos y que solo aceptarán negociar la liberación de prisioneros palestinos en el marco de un alto el fuego, la retirada total israelí y la reapertura de los pasos fronterizos para iniciar la reconstrucción de Gaza, ahora mismo convertida en un amasijo de escombros retorcidos e invivibles por la metralla israelí.
Últimas estadísticas de muerte
Durante las últimas 24 horas, al menos 91 palestinos han muerto y más de 600 resultaron heridos en incidentes vinculados a la distribución de ayuda humanitaria, según el Ministerio de Salud de Gaza.
Al menos 54 personas fallecieron en un tiroteo masivo cerca del cruce de Zikim cuando buscaban alimentos, tragedia que eleva el total de víctimas a cifras alarmantes e ilustra la emergencia humanitaria sin precedentes en el enclave.
Washington inspecciona
En medio del aluvión de críticas internacionales por el genocidio en Gaza, los enviados especiales de Estados Unidos para el Medio Oriente, Steve Witkoff y el embajador en Israel, Mike Huckabee, viajarán este viernes a la Franja de Gaza para inspeccionar centros de distribución de ayuda y elaborar un plan que permita hacer llegar más alimentos a la población.
El viaje ocurre cuando la presión sobre la Administración Trump se incrementa para forzar un cambio sustancial en la respuesta humanitaria en Gaza.
En una rueda de prensa, la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, recalcó que tras la visita se informará directamente al presidente Trump, quien decidirá el enfoque final para la entrega de ayuda. Witkoff se reunió este jueves con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y funcionarios egipcios para discutir las posibilidades de alto el fuego y mejorar la ayuda sobre el terreno.
Mientras tanto, la cifra de muertos palestinos desde el inicio de la guerra en octubre de 2023 supera los 60 200 y los heridos son más de 147 000, según el Ministerio de Salud de Gaza.
La ONU y organizaciones internacionales advierten que la población está hacinada, el 87 % del territorio bajo órdenes de desalojo y cerca de medio millón de personas enfrentan condiciones de hambruna —el 20% de los niños menores de cinco años ya sufre desnutrición aguda en algunas zonas.
Europa y Canadá se desmarcan de Estados Unidos
Ante ese panorama, parte de la comunidad internacional incrementa su presión sobre Israel. Francia, Reino Unido y Canadá han declarado su intención de reconocer el Estado palestino en septiembre siguiendo el ejemplo de una decena de socios europeos.

La presidenta de la Comisión Europea, Úrsula Von Der Leyen, calificó la catástrofe humanitaria de “intolerable” e “indefendible”, mientras que Alemania, a través de su ministro de Relaciones Exteriores, Johann Wadephul, apeló a una “mejora fundamental de la situación” en Gaza.
A nivel europeo, el Gobierno de Eslovenia prohibió el comercio de armas con Israel, condenando tanto la ofensiva bélica como la “vergonzosa inacción” de la Unión Europea ante el drama en Gaza. Liubliana ya había vetado el ingreso de dos ministros israelíes a su territorio, alegando incitación a la violencia extrema contra civiles palestinos.
La decisión de estos gobiernos ha recibido un enérgico rechazo por parte de Israel y de la administración estadounidense.
El presidente Donald Trump expresó su “disgusto y desacuerdo” con los anuncios de Emmanuel Macron (Francia), Keir Starmer (Reino Unido) y Mark Carney (Canadá), asegurando que el reconocimiento “recompensa a Hamás” y advirtiendo a Canadá que la medida dificultará futuros acuerdos comerciales con Washington.
Trump además endurece el tono y atribuye la crisis humanitaria a la obstinación de Hamás, a quien señala como principal escollo para un alto al fuego y la liberación de los rehenes aún en manos de la organización.