Cuando en las filas demócratas aumentan los oponentes a los horrores de la guerra de Israel en Gaza, Biden subió el tono de sus críticas a su aliado.
Por primera vez en más de dos meses de guerra el mandatario estadounidense declinó los discretos canales diplomáticos y ventiló sus diferencias con el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu, haciéndole saber públicamente su desacuerdo con la conducción de la arrasadora campaña contra los palestinos, para muchos un genocidio de manual.
“Están empezando a perder apoyo”, advirtió Biden en un evento privado en Washington para recaudar fondos destinados a su reelección y criticó que el actual gobierno israelí al describirlo como el “más conservador de la historia de Israel” que “no quiere una solución de dos Estados”.
Corriendo las líneas de un desacuerdo creciente, que hasta ahora no ha mellado la portentosa asistencia militar a los israelíes, Biden sugirió que Netanyahu debería “cambiar“ a su gabinete –donde los recalcitrantes del movimiento sionista llevan la voz cantante– para encontrar una solución de largo plazo al conflicto que arrancó en 1948, con la creación del Estado de Israel.
Netanyahu y el llamado día después
Horas antes, un cerril Netanyahu había emitido un comunicado en el que reconoce abiertamente por primera vez sus diferencias estratégicas con la Casa Blanca en torno al futuro de la franja de Gaza, una vez que Hamás haya sido abolida mediante la fuerza, como se proponen lograr.
“Quiero aclarar mi posición: no voy a permitir que Israel repita el error de Oslo”, dijo el primer ministro sionista aludiendo a los acuerdos firmados hace 30 años en la capital noruega y del cual surgió la ANP —Autoridad Nacional Palestina— para administrar una seudo soberanía en zonas de la Cisjordania ocupada.
En los planes de Washington está que, tras la guerra, Gaza sea retomada por la ANP, hoy muy cuestionada en la propia Cisjordania, a lo que Netanyahu se opone. “Gaza no será jamás ni Hamás-stan ni Fatah-stan”, afirmó el gobernante israelí.
Sullivan viaja con un calendario en la mano
Este martes, el consejero de Seguridad Nacional de Estados, Jake Sullivan, sostendrá conversaciones con las autoridades israelíes para discutir los plazos de la guerra. “El tema de cómo [el Gobierno israelí] ve el calendario de esta guerra desde luego estará en mi agenda de reuniones”, dijo el funcionario.
Los desencuentros entre Biden y Netanyahu se producen en un entorno de recrudecimiento de la invasión a Gaza, —ya se extiende por 66 días— y los muertos palestinos, en su mayoría niños y mujeres, se acercan a la barrera de los 20 mil en un territorio convertido en ruinas, azotado por epidemias, hambruna, sin infraestructuras y con hospitales colapsados.
Fuera del frente gazatí, del que medios israelíes hablan de un número cada vez mayor de bajas del ejército sionista a manos de milicias palestinas emergidas del enjambre de túneles, la inestabilidad en el frente norte, limítrofe con Líbano, es creciente. Se han disparado misiles del grupo chií Hizbulá, en tanto hoy fueron lanzados obuses desde Siria contra las ocupadas Alturas del Golán, sin causar víctimas.