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Entre enardecidos y luctuosos, miles de seguidores despidieron este lunes a Ozzy Osbourne, uno de los íconos mundiales del heavy metal, en una emotiva procesión que recorrió las calles de Birmingham, su ciudad natal en el centro de Inglaterra.
El legendario “Príncipe de las Tinieblas” falleció el martes 22 de julio a los 76 años, rodeado de su familia tras una larga batalla contra la enfermedad de Parkinson y otros problemas de salud que le aquejaron durante más de una década.
Su legado en la música británica y universal es inmenso, con Black Sabbath, la banda pionera del heavy metal que cofundó en 1968, y una carrera en solitario que lo consagró como una de las voces más influyentes del género.

Cortejo y procesión
El cortejo fúnebre se inició con un coche negro que transportaba su ataúd, cubierto con flores rosas formando su icónico nombre “Ozzy”.
El recorrido fue acompañado por miles de fanáticos que llenaron las calles, coreando su nombre y mostrando camisetas, chaquetas y tatuajes en su honor.
La procesión se detuvo frente al emblemático “Black Sabbath Bridge”, un puente adornado con un banco que lleva los rostros de los cuatro miembros originales de la banda y que desde hace años es un memorial para la leyenda del heavy metal. Allí, su esposa Sharon Osbourne y sus tres hijos depositaron flores entre lágrimas y palabras de agradecimiento en un momento cargado de emoción y respeto.
Miles de seguidores, desde muy jóvenes hasta personas en sus 70, demostraron la profundidad del impacto cultural y musical de Osbourne, quien siempre mantuvo una profunda conexión con sus raíces de clase trabajadora en Birmingham, un lugar clave en la Revolución Industrial inglesa desde mediados del siglo XVIII.
Su voz, caracterizada por un acento inconfundible que nunca ocultó, reflejaba la autenticidad y la fuerza con las que impregnó la música metalera mundial.
La fama, sin embargo, nunca lo alejó de su terruño, que lo honró con el pergamino y la medalla de la Libertad de la Ciudad, tanto a él como al resto de la banda, en reconocimiento a sus aportes y la influencia que ejerció tanto en la cultura como en la identidad local.
La despedida final de Ozzy fue íntima, planeada por su familia para celebrar su vida y legado con un funeral privado al que asistieron amigos y figuras destacadas como Elton John y James Hetfield, líder de Metallica.
Una banda de leyenda
La historia de Ozzy Osbourne está estrechamente ligada a la de Black Sabbath, banda que revolucionó el rock con álbumes seminales como Paranoid y Master of Reality, que redefinieron el heavy metal con su sonido oscuro y poderoso.
La banda vendió más de 75 millones de álbumes en todo el mundo y se convirtió en un referente para generaciones enteras de músicos y fanáticos del género.
La inclusión en el Salón de la Fama del Rock and Roll en 2006 —primero con Black Sabbath y luego, en 2024, como solista—, certificó su estatus legendario en la historia de la música.
Una personalidad altisonante, pero auténtica
Más allá de temas icónicos como “Paranoid” y “Iron Man”, ambos de 1970, la figura de Osbourne fue también reconocida por su personalidad extravagante y su vida llena de altibajos.
Fue la comidilla por sus actos escandalosos, como el inolvidable momento en 1982 cuando mordió la cabeza de un murciélago en pleno concierto, un gesto que se volvió parte de su mitología personal.
Su lucha pública con el alcohol y las drogas, incluidos episodios dramáticos como su arresto en 1989 por intentar agredir a su esposa bajo los efectos del alcohol, humanizaron al ícono y añadieron polémica a su biografía, al tiempo que la transparencia y el humor con que abordó estos episodios también formaron parte de su carisma único.
Días postreros
Su último concierto, celebrado el 5 de julio de 2025 en Birmingham, congregó a más de 40 000 fanáticos que corearon sus éxitos mientras Osbourne, ya debilitado por el Parkinson diagnosticado en 2009, se sentaba en un trono negro, símbolo de su reinado en el heavy metal.
Este concierto marcó el fin de una carrera de cinco décadas que llevó la música británica a nuevos horizontes, y dejó una huella imborrable en la cultura global.
La repercusión de su muerte fue mundial, con homenajes desde artistas de todos los géneros, y una afluencia masiva de mensajes de condolencia y admiración.
Su reality show familiar, The Osbournes, también contribuyó a expandir su imagen más allá de la música, mostrando al público una faceta más cercana y familiar del artista.