Una semana después de la erupción del volcán Cumbre Vieja, en La Palma, Islas Canarias, el flujo de lava y las cenizas continúan extendiéndose, lo que condujo al cierre del aeropuerto local y dejó a cientos de personas sin hogar.
Hasta el viernes, casi 6 000 personas habían sido evacuadas.
El gobierno está trabajando para ubicar viviendas de emergencia para las familias afectadas. El consejero de Obras Públicas, Transportes y Vivienda del Gobierno de Canarias, Sebastián Franquis, anunció este viernes que su departamento adquirió 257 viviendas de nueva construcción.
Las viviendas se ofrecerán a las familias sin hogar por la erupción del volcán.
El aeropuerto de La Palma, afectado por la erupción del volcán Cumbre Vieja, está cerrado debido a la acumulación de cenizas.
Miguel Ángel Morcuende, director técnico del Plan Específico de Protección Civil y Atención de Emergencias por Riesgo Volcánico (Pevolca), dijo que no puede predecir cuándo llegará el flujo de lava al mar. Pevolca establece un “semáforo de volcán” y un sistema de alerta para los residentes locales.
“El flujo de lava está casi estacionario, quizás avanzando 20 centímetros por hora, a 3 100 metros de la erupción ya 2 100 de la costa”, dijo Morcuende a los periodistas locales.
El coordinador científico del Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan), Nemesio Pérez, dijo a un medio de comunicación español que encontraron nuevos respiraderos abiertos en el volcán. Los nuevos conductos de ventilación podrían provocar un mayor flujo de lava y cenizas.
Pérez también confirmó que el volcán está alcanzando una nueva actividad explosiva que podría provocar más evacuaciones y destrucción de viviendas. “Las mediciones de vigilancia volcánica realizadas desde el inicio de la erupción registraron la actividad de mayor energía hasta el momento durante la tarde de ayer viernes”, dijo.
Según los científicos, los flujos de lava podrían durar semanas o meses.