El subdirector del FBI Andrew McCabe, quien fuera un blanco frecuente de críticas por parte del presidente Donald Trump, renunció abruptamente el lunes antes de su jubilación ya cercana.
McCabe, veterano de 22 años en el FBI, fue criticado públicamente repetidas veces el año pasado por Trump, quien lo ha acusado de parcialidad por las conexiones políticas de su esposa y por una investigación del FBI de la cual no surgió ningún cargo penal contra Hillary Clinton.
McCabe, que desempeñó varios puestos de liderazgo y estuvo muy involucrado en investigaciones de crímenes importantes –incluido el atentado en el Maratón de Boston de 2013–, cumpliría en cuestión de semanas los requisitos para jubilarse. El personal del FBI se enteró el lunes que McCabe dejaba el segundo cargo más importante de la agencia de forma inmediata, según personas familiarizadas con la situación que pidieron permanecer anónimas debido a que no podían hablar públicamente sobre una decisión interna relativa al personal.
El tercer funcionario en rango del FBI, David Bowdich, fue nombrado subdirector interino.
Se tiene previsto que McCabe se retire con todos los beneficios de la jubilación.
Su salida se da en el marco de los cambios implementados por el director del FBI Christopher Wray en su equipo de liderazgo. Otros dos funcionarios importantes fueron remplazados la semana pasada. Tales cambios no son inusuales cuando un nuevo director toma las riendas de la agencia, pero son notorios debido a la presión de Trump sobre Wray para que despidiera a los funcionarios que eran cercanos al ex director James Comey.
En un mensaje el lunes a los empleados de la agencia, Wray les dijo que McCabe se retirará el 18 de marzo y rechazó que la medida se deba a presión política.
“Mis decisiones no se verán afectadas por presiones políticas ni de otro tipo”, escribió.
La salida de McCabe llega en un contexto de múltiples investigaciones en curso, incluida una del Departamento de Justicia sobre las acciones de McCabe y de otros altos funcionarios del FBI durante la pesquisa por los correos electrónicos oficiales en un servidor privado de Clinton.
Además, el fiscal especial Robert Mueller investiga si la campaña de Trump se coordinó indebidamente con Rusia durante los comicios presidenciales de 2016, y si Trump intentó obstaculizar la indagación con, entre otras acciones, el despido de Comey.
Trump ha criticado a McCabe varias veces desde 2016, cuando se hizo público que su esposa había aceptado contribuciones de campaña del comité de acción política del gobernador de Virginia, Terry McAuliffe –un demócrata y aliado cercano de Clinton–, para una postulación fallida al Senado estatal. Ese episodio está entre las decisiones que revisa el inspector general del Departamento de Justicia, que se espera complete pronto su informe.
El FBI ha dicho que McCabe obtuvo las aprobaciones de conducta ética necesarias antes de que su esposa recibiera las donaciones, y que en el momento en el que se hicieron las contribuciones, el subdirector no desempeñaba un papel de supervisión dentro de la investigación del FBI sobre el uso del correo electrónico de Clinton. Pero eso no ha impedido que Trump y los republicanos del Congreso afirmen repetidas veces que McCabe, y otros oficiales del FBI, son funcionarios policiales inclinados hacia un partido y parciales en contra de él.
Los republicanos en la Comisión de Inteligencia de la Cámara de Representantes votaron el lunes para dar a conocer un memorándum secreto que escribieron en el que alegan que el FBI y el Departamento de Justicia utilizaron indebidamente mecanismos de vigilancia gubernamentales durante la investigación sobre los vínculos de la campaña de Trump con Rusia.
AP / OnCuba