El primer ministro de Corea del Sur lamentó el viernes que se hayan cancelado los planes para una reunión cumbre entre el presidente estadounidense Donald Trump y el líder norcoreano Kim Jong Un.
Trump canceló abruptamente el jueves los planes para la cumbre, citando la “hostilidad” mostrada por Corea del Norte.
“Nos parece muy triste que la cumbre que se anunció entre Estados Unidos y Corea del Norte no pueda tener lugar después de todo”, expresó a los periodistas Lee Nak-yeon, quien habló a través de un traductor durante un viaje a Austria el viernes.
Lee dijo que Corea del Sur todavía espera poder construir algo positivo sobre la base de una reciente reunión histórica entre Kim, de Corea del Norte, y el presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, a fin de avanzar hacia un acuerdo de paz entre los dos países.
“Seguiremos trabajando para crear la paz en la península coreana”, dijo Lee a los periodistas.
Horas antes el viernes, Corea del Norte manifestó que está dispuesta a sentarse en la mesa del diálogo con Estados Unidos “en cualquier momento, en cualquier formato”.
En un comunicado, el viceministro del Exterior, Kim Kye Gwan –desde hace tiempo negociador nuclear y diplomático sénior– afirmó que el gobierno norcoreano está “dispuesto a darle a Estados Unidos tiempo y oportunidades” para reconsiderar una reunión que había sido programada para el 12 de junio en Singapur.
La atención ahora volverá a centrarse en la forma en que Trump responderá al gesto aparentemente conciliatorio de Corea del Norte.
Abandonar la vía diplomática podría causar el regreso de un torrente de pruebas armamentistas –y los temores de una guerra que tales pruebas crearon– que Corea del Norte desató el año pasado cuando trataba de darle los toques finales a un programa de misiles con armas nucleares que tenía el propósito de fijar como objetivo todo el territorio continental de Estados Unidos.
Desde enero, Kim ha asumido una postura radicalmente más indulgente con respecto a las relaciones exteriores, enviando a su hermana a los Juegos Olímpicos de Corea del Sur, reuniéndose con su homólogo surcoreano en la frontera compartida y destruyendo parte de sus sitios de pruebas nucleares el jueves, en muestra de buena fe.
Los primeros comentarios del presidente surcoreano Moon Jae-in, considerado el impulsor de la cumbre, indicaban que Seúl, uno de los principales aliados de Estados Unidos y sede de 28,500 tropas estadounidenses, fue tomado por sorpresa por la cancelación de Trump. Moon dijo estar “muy perplejo” por el anuncio de Trump de que cancelaba la cumbre debido al “enorme enojo y evidente hostilidad” de parte de Corea del Norte. Moon exhortó además a un diálogo directo entre Trump y Kim.
AP / OnCuba