El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, permitió este jueves la publicación de más de 2,800 documentos hasta ahora clasificados sobre el asesinato de John F. Kennedy, pero retuvo algunos tras recibir presiones del Buró Federal de Investigaciones (FBI) y la Agencia Central de Inteligencia (CIA).
Trump ha ordenado a su equipo revisar los documentos retenidos o censurados a lo largo de los próximos seis meses, con la idea de volver a pronunciarse sobre el asunto y publicar algunos más como tarde en abril de 2018, explicaron altos funcionarios estadounidenses.
“Hoy ordeno que el velo finalmente se levante” sobre el último tramo de documentos relativos al asesinato de Kennedy que el Gobierno estadounidense mantiene confidenciales, dijo Trump en un memorando presidencial.
Una hora más tarde, los Archivos Nacionales publicaron en su página web las versiones digitales de 2.891 documentos desclasificados, algunos de ellos censurados en parte.
Trump aseguró que “el pueblo estadounidense espera y merece el mayor acceso posible” a los archivos sobre ese hito histórico, pero que “alguna información” de la que poseen los Archivos Nacionales “debe seguir censurada” por el momento debido a preocupaciones de seguridad nacional.
“No tengo otra opción, hoy, que aceptar esas censuras en lugar de permitir un daño potencialmente irreversible a la seguridad de nuestra nación”, afirmó el mandatario estadounidense.
Una de las funcionarias que hablaron con los periodistas confirmó que “la gran mayoría de las solicitudes” de que Trump mantuviera censurados ciertos documentos “provinieron del FBI y la CIA”.
A esas agencias les preocupaba que los archivos expongan “la identidad de individuos implicados y su papel como informantes de una investigación de seguridad o inteligencia”, quienes aún pueden seguir vivos, apuntó otro alto funcionario.
“A menudo, también hay datos sensibles relacionados con la identificación de actividades que se llevaron a cabo con el apoyo de organizaciones extranjeras aliadas”, añadió la fuente.
Entre esas actividades podrían estar los acuerdos de inteligencia que los Estados Unidos tenían en 1963 con el Gobierno de México, según aseguró este miércoles a la agencia Efe el juez federal John R. Tunheim, quien entre 1994 y 1998 revisó todos los documentos oficiales del Gobierno estadounidense sobre el asesinato de Kennedy.
Esos acuerdos habrían permitido a Washington, según informes de prensa, vigilar las embajadas en la capital mexicana de Cuba y la Unión Soviética, visitadas por el presunto asesino de Kennedy, Lee Harvey Oswald, seis semanas antes del asesinato.
Trump ha exigido a cada agencia federal que revise los tramos censurados “a lo largo de los próximos 180 días”, hasta el 26 de abril de 2018, cuando ordenará “la publicación de cualquier información que las agencias no puedan demostrar” que debe seguir clasificada bajo los parámetros establecidos legalmente desde 1992.
Rusia niega “rastro soviético” en muerte de Kennedy
Rusia rechazó este viernes un posible “rastro soviético” en el asesinato en 1963 del presidente Kennedy, tras la desclasificación de nuevos documentos por parte de la Casa Blanca.
“El marasmo se agrava: en EE.UU. hablan del ‘rastro soviético’ en el asesinato de Kennedy. No me sorprende si mañana acusan a Rusia del asesinato de (Abraham) Lincoln”, dijo Leonid Slutski, jefe del comité de Relaciones Internacionales de la Duma o cámara de diputados.
Slutski agregó que “tales ‘hallazgos únicos’ no se hacían en EEUU ni siquiera en el momento más tenso de la Guerra Fría”.
“Ahora llegan al más completo de los absurdos”, comentó.
Rusia rechaza un posible “rastro soviético” en el asesinato de Kennedy https://t.co/vi64Ue3NCu
— EFE Noticias (@EFEnoticias) 27 de octubre de 2017
Los archivos publicados por Washington hablan del programa utilizado por la CIA para escuchar las conversaciones en las embajadas de Cuba y la Unión Soviética en la capital mexicana, ambas visitadas por el presunto asesino de Kennedy, Lee Harvey Oswald, en septiembre y octubre de 1963.
Otro cable refleja una entrevista con la secretaria del cónsul cubano en México, Silvia Durán, que asegura que Oswald le pidió un visado de tránsito por Cuba de camino a la Unión Soviética y que, cuando vio que conseguirlo era difícil, se “enfadó extremadamente”.
Los documentos desclasificados deberían arrojar luz sobre el viaje que Oswald realizó a la antigua Unión Soviética, donde supuestamente éste habría recibido entrenamiento por parte del KGB.
Según fuentes rusas, Oswald llegó a Moscú procedente de Helsinki un 16 de octubre de 1959, se hospedó en el hotel Berlín y, casi de inmediato, informó a la embajada norteamericana en la capital soviética de que quería renunciar a la nacionalidad estadounidense.
La inteligencia soviética (KGB) creía que Oswald era el protagonista de un experimento con el que la CIA quería poner a prueba la permeabilidad de la URSS, por lo que lo envió a Minsk, capital de la actual Bielorrusia.
Oswald, que tenía 19 años cuando viajó a la Unión Soviética y llegó a hablar ruso de manera fluida, trabajó en una fábrica de radios y aparatos de televisión de Minsk, donde se casó con la enfermera Marina Prusakova, casi dos años más joven, que vive actualmente en los Estados Unidos.
Tras más de un año de espera en la URSS, la embajada estadounidense le permitió a Oswald volver a su país en junio de 1962.
EFE / OnCuba