La popularidad del presidente de EEUU Donald Trump está en mínimos históricos un año después de la victoria electoral que le dio la Casa Blanca, desde donde se ha centrado en deshacer el legado de su predecesor, Barack Obama, aunque la percepción ciudadana es la de que no ha logrado mucho.
El próximo miércoles, 8 de noviembre, se cumplirá un año del inesperado triunfo electoral de Trump frente a la favorita, la demócrata Hillary Clinton.
El ahora presidente republicano, que celebrará ese aniversario en China dentro de su primera gira asiática, ya era bastante impopular como candidato, igual que Clinton, pero sus porcentajes de apoyo ciudadano han ido cayendo durante los nueve meses que lleva en el cargo.
Según una encuesta reciente del Wall Street Journal y la cadena NBC, al mandatario lo apoyaban en octubre un 38 por ciento de los ciudadanos, mientras que un 58 por ciento rechazaba su gestión.
Otro sondeo publicado el fin de semana por el diario The Washington Post y la cadena ABC revela que solo un 37 por ciento de los estadounidenses aprueba el desempeño de Trump como presidente, frente a un 59 pro ciento que lo desaprueba.
Ese porcentaje de desaprobación es el más alto de su mandato y hay que remontarse a los tiempos de Harry Truman (1945-1953) para encontrar a otro presidente estadounidense con registros similares durante los primeros meses en el cargo.
La encuesta muestra también que un 65 por ciento considera que Trump ha logrado “no mucho” o “poco o nada” desde que asumió el poder.
Incluso con una economía en buena forma, con récords continuos en Wall Street, la menor tasa de desempleo en 17 años y crecimientos del PIB en el 3 por ciento en los últimos dos trimestres, los ciudadanos no creen que esa realidad se deba a la labor de Trump.
Si en enero un 61 por ciento de los ciudadanos confiaba en una buena gestión económica por parte del magnate, ahora ese porcentaje ha bajado al 44 por ciento y un 53 por ciento cree que no lo está haciendo bien.
El sondeo del Post y ABC recoge caídas similares en la valoración del desempeño de Trump en otros asuntos como la lucha contra el terrorismo, su tratamiento de las tensiones raciales o la mejora del sistema de salud del país.
Trump fue muy cuestionado en agosto por culpar “a las dos partes” de los episodios de violencia en Charlottesville (Virginia), donde falleció una mujer de 32 años al ser atropellada presuntamente por un neonazi mientras participaba en una manifestación antirracista.
En cuanto al sistema de salud, Trump no ha sido capaz de sacar adelante en el Congreso una ley para cumplir su promesa de campaña de derogar y reemplazar Obamacare, como se conoce a la reforma con la que el expresidente Obama garantizó la cobertura médica a millones de ciudadanos.
Deshacer no solo Obamacare, sino asimismo gran parte de lo que hizo el Gobierno de su antecesor para preservar el derecho al aborto o en beneficio de los transexuales, ha sido una de las prioridades de Trump en sus primeros meses de mandato.
También en política exterior, Trump considera casi todo lo hecho por Obama como “malo” para el país, empezando por la firma del Tratado de Asociación Transpacífico (TPP, por su sigla en inglés), del que el magnate sacó a EEUU nada más instalarse en la Casa Blanca.
Además, Trump retiró a EEUU del Acuerdo de París contra el cambio climático, ha dado marcha atrás en la apertura y normalización de las relaciones con Cuba, volviendo a la retórica de la Guerra Fría, y más recientemente ha advertido de la “posibilidad muy real” de abandonar el acuerdo nuclear con Irán.
Por otro lado, el mandatario lidia desde hace meses con la amenaza nuclear norcoreana, sin descartar una “acción militar”, y a nivel doméstico ha tenido que gestionar crisis derivadas del impacto de devastadores huracanes en varios estados y en Puerto Rico, y de tiroteos masivos con decenas de muertos en Las Vegas y Texas este mismo fin de semana.
Y un año después de su victoria, pese a que Trump asegura que no hubo ninguna “conspiración” entre su campaña y Rusia para ganar las elecciones, la investigación especial del fiscal especial Robert Mueller avanza tras la presentación de los primeros cargos, que afectan a tres exasesores del equipo del magnate. EFE