Apenas horas después del desastre aéreo que ha puesto de luto a los cubanos, la prensa mexicana está investigando sucesos y circunstancias. Los periodistas Benito Jiménez y Rolando Herrera, de la Agencia Reforma, reportaron hoy que Global Air, propiedad del empresario español Manuel Rodríguez Campo, había experimentado en 2010 dos incidentes con dos aviones Boeing 737-200.
El primero, el 15 de julio. Una aeronave con deportistas mexicanos que asistirían a los Juegos Centroamericanos y del Caribe, tuvo que hacer un aterrizaje forzoso en el aereopuerto de Cancún debido a una turbina que empezó a echar humo negro poco después de haber despegado. El segundo, ocurrido el 4 de noviembre en Ciudad de México, fue otro aterrizaje forzoso, pero por problemas con la salida del tren.
En consecuencia, el 16 de noviembre de 2010 la Dirección General de Aeronáutica Civil de México (DGAC) le suspendió las operaciones. La causa fue “anomalías en la Verificación Mayor realizada por esta Dirección General”, según dictaminó el organismo. Y las calificó: “Las causas de la suspensión fueron graves, razón por la cual motivaron [sic] su suspensión temporal”. Se les autorizó a reanudar sus operaciones el 12 de diciembre de 2010.
La aeronave siniestrada, modelo B737-201 ADV, matrícula XA-UHZ, fue fabricada en 1979, y estaba “en posesión de la empresa Cubana de Aviación por un arrendamiento húmedo”, es decir, aquel en el cual un arrendador renta una aeronave con al menos un piloto para cualquier transportador aéreo extranjero o persona extranjera, explica La Jornada.
Hasta el día de ayer Global Air no había dado información sobre el accidente. Despachos varios daban cuenta de que su página web no estaba actualizada. Algunos periodistas reportaron que en los teléfonos de contacto que aparecían en distintos directorios online de servicios de aerolíneas nadie contestaba o se trataba de viviendas particulares.
La DGAC informó que la empresa de Rodríguez Campo, sometida a verificación del 21 al 24 de noviembre de 2017, estaba autorizada para volar al cumplir los siguientes parámetros técnicos:
– Certificado de Explotador de Servicios Aéreos (AOC) número DMJ/2003, con fecha de vencimiento 20 de enero de 2020.
– Permiso para establecer y explotar servicio público de transporte aéreo nacional no regular de fletamento de pasajeros número TAN-TN-370.
– Permiso para establecer y explotar servicio público de transporte aéreo internacional no regular de fletamento de pasajeros 101.206.4468.
– Permiso para establecer y explotar servicio público de transporte aéreo internacional no regular de fletamento de carga TAN-SE-C-146.
– Permiso de Taller Aeronáutico No. 137 con vigencia indefinida, Con capacidad en las aeronaves marca Boeing modelo B737-200/300/400/500 y en los motores Prat and Whitney JT8D-15/15A/7/7A/-7B, JT8D-9/9A, CFM-53-3-B1/3B-2/3C-1.
Asimismo, Global Air cuenta con un certificado explorador de servicios aéreos vigente hasta el 20 de enero de 2020, reporta EFE.
También las autoridades cubanas aseguraron hoy que el avión tenía toda su documentación en regla y la compañía mexicana Global Air era la encargada del mantenimiento.
“Toda la documentación para que volara el avión está en manos de las autoridades”, dijo Adel Yzquierdo, ministro cubano de Transporte, quien especificó que Cubana de Aviación había alquilado el aparato accidentado “hace menos de un mes”.
“La investigación continúa y tenemos un protocolo que no se puede violentar”, insistió el ministro.
Además, subrayó que Cuba encuentra dificultades para adquirir aviones en propiedad debido al embargo de Estados Unidos. “Tenemos que rentarlos”, dijo.
EFE informa que las autoridades cubanas permitirán la llegada desde Estados Unidos de expertos de la compañía Boeing, fabricante del aparato, así como de peritos de las empresas aseguradoras y otros especialistas internacionales que recibirán “todas las facilidades para que cumplan su trabajo”, concluyó Yzquierdo.
El director general de Cubana, Hermes Hernández Dumas, dijo en abril que la aerolínea tiene una estrategia hasta el año 2022 que incluye la mejora de su flota “para garantizar una mayor estabilidad de las operaciones” y avanzó que en 2018 se incorporarían “dos nuevas naves que operarán fundamentalmente en los destinos nacionales”, reporta EFE.
Otras informaciones dan cuenta de que el hombre de negocios español también había sido socio mayoritario de otras firmas de transporte aéreo latinoamericanas. Entre ellas, la compañía Sudamericana de Aviación Sudaereoecuador SA, fundada Quito en julio de 2012, en la que tenía el 90 por ciento de las acciones. Tres años después le fue embargado un avión Boeing 737-500 por adeudar alrededor de 90,000 dólares en sueldos y beneficios de ley a sus empleados.
Por último, Agencia Reforma refiere que a Global Air en un momento le había sido cancelado un contrato de operación de vuelos internos en Cuba por reiterados incumplimientos de sus obligaciones.
Encima de sufrir la pérdida de familiares, lo mas probable es que la aerolínea, siendo del montón, se declare en bancarrota y no indemnice a nadie.