Muy poco se conoce sobre la época de los indios en Cuba, pero hay un pintor que dedicó gran parte de su vida a investigar sobre ellos.
Aunque prácticamente está borrado del mapa del arte cubano del siglo XX, a Jesús de Armas se le debe gran parte de la información visual sobre la cultura precolombina del país.
Este pintor dedicó la mayoría de su obra a la antropología cubana y el arte y fue quien recreó desde la gráfica el reino aborigen Cemi, y dio a conocer el resultado de sus múltiples incursiones por cavernas y asentamientos de los Taínos y Siboneyes.
El desconocido pintor trabajó las huellas dejadas por los primeros habitantes de Cuba y su pasión era tan grande que una parte de su vida la fue a vivir al caserío La Caridad de los Indios, en la intrincada Sierra Maestra, donde existieron una de las pocas comunidades de descendientes directos de los Taínos.
La gracia de la obra de Armas es que logró en sus pinturas encarnar el espíritu de los aborígenes, su relación con el entorno y su cosmovisión ancestral.
Aunque se han hecho dos exposiciones sobre su obra, la primera en la década del 70 y la otra recientemente en el Museo Nacional de Bellas Artes, la historia del arte sigue en deuda con el pintor que hurgó en el arte rupestre de la Isla.