Rodrigo Duterte revocó una amnistía de siete años al rebelde convertido en senador Antonio Trillanes. Ordenó a los militares y la policía aprehender a Trillanes para que el ex oficial de la marina pudiera enfrentar un juicio por liderar dos golpes fallidos en 2003 y 2007 contra la presidencia de Gloria Arroyo, una aliada de Duterte recientemente instalada como portavoz de la cámara de representantes.
Trillanes es el segundo senador que la administración Duterte ordena arrestar. Leila De Lima, crítica de la sangrienta campaña de Duterte contra las drogas ilegales, ha estado detenida durante 18 meses por denuncias de “conspiración para comercializar drogas ilegales”.
Florin Hilbay, el abogado de De Lima, dijo que había “un patrón muy claro de utilizar el poder judicial como instrumento para silenciar a los críticos o enemigos declarados de la administración Duterte”. Y agregó que el mandatario no puede revocar unilateralmente la amnistía otorgada por un ex presidente.
El combativo Trillanes acusó a Duterte de corrupción, y utilizó la atención para desafiarlo a hacer públicas sus cuentas bancarias: “seguimos volviendo a estas cosas, Rodrigo, no tienes que organizar acrobacias como esta”, dijo Trillanes este miércoles mientras mostraba su certificado de amnistía y las órdenes judiciales desestimando sus casos. Trillanes dijo que iría a la Corte Suprema para “luchar contra la orden”.
La proclama desencadenó un enfrentamiento entre los militares y los líderes del Senado, que se negaron a permitir que se realizara un arresto en su sede, donde Trillanes había acampado durante la noche.
La “Integrated Bar of the Philippines”, una organización nacional de abogados, también protestó por la proclamación de Duterte. “Ni siquiera la Corte Suprema tiene el poder de modificar una sentencia que se ha convertido en definitiva y ejecutoria”, dijo el presidente nacional de IBP, Abdiel Dan Fajardo.
“Pido al ejército y a la policía que no sigan órdenes ilegales. No son el ejército privado de Duterte. No manchen la integridad del ejército y la policía ante el pueblo filipino actuando como peones para un dictador”, dijo el legislador Gary Alejano, también ex oficial de la armada que se unió a Trillanes en los golpes en 2003 y 2007.
La llegada a la presidencia de Rodrigo Duterte fue bajo el lema de eliminar la delincuencia aunque “tenga que asesinar a cien mil personas“. Desde su elección en 2016, el presidente filipino se ha hecho famoso por su cruzada antidrogas (que dejó al menos 12 mil muertos). Ha sido acusado por Humans Right Watch y Aministía Internacional de cometer crímenes contra la humanidad. A pesar de que alguna vez se comparó con Hitler y a su sangrienta guerra contra las drogas con el Holocausto, se reunió el lunes con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en la primera visita de un jefe de estado filipino a Israel, para acordar la compra de armamento para uso interno.